El Gobierno israelí está preparando una ley con el fin de legalizar, retroactivamente, los asentamientos palestinos en el territorio ocupado de Cisjordania, que hasta ahora eran ilegales según la legislación israelí. Se trata de una iniciativa del ministro de Educación, Naftali Bennett, que ya ha superado una primera lectura en la Knesset (Parlamento) y que mañana tendría que ser aprobada. La medida afectará a unas cincuenta colonias. El objetivo básico de esta normativa es evitar que la justicia israelí pueda obligar al desalojo de estas colonias, como ha pasado en alguna otra ocasión.

La medida ha despertado las alertas del Gobierno palestino. El Consejo de Ministros de la Autoridad Nacional Palestina ha condenado la propuesta de ley. Además, ha criticado el silencio de la comunidad internacional frente a estas medidas y ha pedido al mundo que obligue a los israelíes a escoger entre la paz y los asentamientos. El ministro de Asuntos Exteriores palestino ha instado al Gobierno de Estados Unidos a tomar medidas contra Israel. En realidad, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, ya ha afirmado que Israel no había hecho caso de las advertencias de Estados Unidos, y ha anunciado que las cosas "se mueven en una dirección equivocada".

También se ha mostrado contrario a estas disposiciones el enviado especial de la ONU para Oriente Medio, Nickolay Mladenov, que las ha considerado absolutamente contrarias al derecho internacional: ha afirmado que los asentamientos no solo son ilegales, sino que además constituyen el mayor obstáculo para alcanzar la paz, y apunta que se trata de un primer paso hacia la anexión de Cisjordania, como ha confesado el mismo Bennett.

Parece que en los asentamientos podría haber hasta 500.000 colonos israelíes viviendo, y su número no deja de creer gracias a la protección del Gobierno y del ejército israelíes. En algunos casos los asentamientos se han construido gracias a la confiscación de tierras a los palestinos y a su expulsión. Son zonas cerradas, y los palestinos no tienen acceso a ellos. Las resoluciones 415 y 465 del Consejo de Seguridad de la ONU condenaron los asentamientos y exigieron su inmediato desmantelamiento. Los habitantes de las colonias han sufrido ataques palestinos, pero también han protagonizado diversos actos de violencia contra los palestinos, que no siempre han sido controlados por el Estado israelí.