Israel asegura que Hamás ha aprovechado sistemáticamente la ayuda humanitaria destinada a la Franja de Gaza para impulsar sus actividades militares. Según un análisis en profundidad de informes de inteligencia —algunos de los cuales han estado recientemente desclasificados—, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) sostienen que el movimiento islamista ha asumido el control generalizado de la distribución de la ayuda desde el inicio de la guerra. También afirma que, en este proceso, Hamás ha explotado la colaboración con organizaciones humanitarias internacionales, y que se ha detectado la presencia de combatientes integrados en los convoyes de asistencia con el objetivo de confiscar suministros a la entrada de la Franja.

El Ejército israelí detalla que Hamás ha desplegado varios mecanismos para aprovecharse de la ayuda interceptada. En primer lugar, afirma que el grupo ha confiscado directamente entre un 15% y un 25% de la totalidad de los suministros humanitarios que han entrado a Gaza durante la guerra. Este porcentaje, sostiene Israel, se ha destinado a los combatientes del movimiento o bien se ha vendido a precios elevados con ánimo de lucro, en detrimento de la población local. La documentación recientemente revelada indicaría que estas decisiones se tomaron durante el conflicto y que el porcentaje de ayuda desviada variaba según las valoraciones internas del grupo armado.

Además, el IDF acusa a Hamás de haber introducido mercancías prohibidas, como cigarrillos, para revenderlas a precios inflados. También se impidió que los comerciantes independientes accedieran a este mercado, mientras que Hamás distribuía los productos a través de su propia red. La entrada de cigarrillos, afirman, no está autorizada dentro del proceso de ayuda humanitaria, y los agentes de seguridad del Ministerio de Defensa habrían frustrado decenas de intentos de contrabando de tabaco durante la guerra.

Centenares de millones de dólares en efectivo

Según el Ejército de Israel, hoy en día Hamás habría acumulado centenares de millones de dólares en efectivo y bienes materiales aprovechando la entrada de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza. Esta supuesta fuente de ingresos se habría visto gravemente afectada al principio de marzo, cuando una orden del gobierno israelí bloqueó temporalmente la entrada de ayuda, hecho que habría provocado una crisis económica interna en Hamás. Las autoridades apuntan que la organización se habría visto obligada a reducir, e incluso suspender completamente, el pago de sueldos en diversos de sus miembros.

Delante de este escenario, Israel afirma que ha impulsado un nuevo mecanismo para reforzar la supervisión de la ayuda humanitaria. Este marco incluye el registro previo de las organizaciones colaboradoras, el control de aduanas, la verificación del contenido de la ayuda a los puntos de paso, la mejora de las inspecciones de seguridad y el establecimiento de un protocolo de sanciones para las entidades que incumplan estos requisitos.