Una de las consecuencias más inmediatas de las protestas en Irán ha sido el gran número de detenciones que ha habido. De todos los detenidos que han sido juzgados, una parte han sido condenados a muerte. Este lunes, el Poder Judicial iraní ha afirmado que algunos de estos condenados a muerte serán ejecutados "pronto". Las fuerzas de seguridad iraníes han detenido a centenares de personas desde el inicio de las protestas y de momento se tiene constancia de seis sentencias a muerte por parte del Poder Judicial, pero la opacidad del régimen islamista deja margen de duda sobre el número de condenados.

La cabeza del Poder judicial, Gholamhosein Mohseni Ejei, ha afirmado que "algunas" de las condenas a muerte de manifestantes condenados por "corrupción sobre la tierra" y "guerra contra dios" han sido "confirmadas" por instancias superiores. Las condenas "se aplicarán pronto", dijo Ejei durante un discurso en la reunión del Consejo Supremo del Poder Judicial, recopilación el diario Shargh. Este medio confirma que al menos seis personas han sido condenadas a muerte por su participación en las protestas que sacuden el país desde el 16 de septiembre, después de la muerte bajo custodia policial de la joven Mahsa Amini, detenida por llevar mal puesto el velo islámico. Los seis condenados estaban acusados de "guerra contra dios" y de "corrupción en la tierra", conceptos que engloban una serie de delitos contra el islam y la seguridad pública.

La muerte de Mahsa Amini ha sido la chispa que ha encendido una revolución social en Irán. Esta revolución, principalmente protagonizada por jóvenes que piden cambios en el régimen islámico, empieza a obtener alguna respuesta. La dictadura islámica de Irán se ha caracterizado por su inmovilismo y mano dura, pero una movilización como la que vive actualmente hace tambalear sus cimientos. Para intentar sofocar las protestas, que no pierden cuerda a pesar de la sangrante represión de las autoridades, el gobierno se ha visto obligado a tomar otras medidas: se suprime la policía de la moral y se abre la puerta a una reforma de la ley que obliga a las mujeres a llevar hiyab. Así pues, la policía de la moral tiene los días contados en Irán, según anunció el fiscal general del país, Mohammad Yafar Montazerí. El fiscal ha remarcado que esta policía "no tiene nada que ver con el Poder Judicial".

En un escenario en que la ley se hiciera más laxa, la cuestión que los expertos se preguntan es si será suficiente para que el régimen sobreviva. Las protestas que denuncian la obligatoriedad del velo también cargan contra el régimen que impone estas leyes y reprime a los ciudadanos. ¿Blanquearán estos movimientos las 200 personas que Irán ha reconocido que han perdido la vida durante estas protestas? De momento en las calles siguen saliendo centenares de personas con carteles como "no se Trata de protesta, eso es una revolución, No queremos República Islámica" o "Muerte al dictador".