Los hongos patógenos, responsables de millones de muertos anuales, se están expandiendo a nuevas regiones a medida que el planeta se calienta, y el mundo no está preparado para hacer frente. Aunque los hongos son omnipresentes —desde mohos hasta setas, presentes en suelos, aguas y compuestos— y tienen un papel ecológico fundamental, también pueden ser extremadamente peligrosos para la salud humana. Se estima que las infecciones fúngicas matan a 2,5 millones de personas al año, una cifra que podría ser mucho más alta, ya que hay una falta alarmante de datos.

Un nuevo estudio de la Universidad de Manchester, actualmente en proceso de revisión, utiliza simulaciones y predicciones climáticas para cartografiar la expansión futura del género Aspergillus, un grupo común de hongos que pueden provocar la aspergilosis, una enfermedad potencialmente mortal que afecta principalmente a los pulmones. Los resultados muestran que varias especies de Aspergillus se extenderán hacia nuevas zonas del Norte de América, Europa, China y Rusia a medida que avanza la crisis climática, destaca la CNN.

Los hongos, ignorados por la investigación

Los investigadores alertan de que aunque los virus y parásitos son muy estudiados, los hongos han sido históricamente ignorados en la investigación de enfermedades infecciosas. La resonancia popular de este tema se ha visto recientemente impulsada por la serie de ficción The Last of Us, que muestra un escenario apocalíptico causado por un hongo mutante. Aunque la trama es imaginaria, el científico Norman van Rijn subraya que las infecciones reales de hongos ya son letales y merecen mucha más atención.

Los hongos Aspergillus viven habitualmente en el suelo y liberan esporas microscópicas al aire, que las personas inhalan diariamente. En la mayoría de los casos, estas esporas no tienen consecuencias graves, pero pueden ser devastadoras para personas con asma, fibrosis quística, EPOC, cáncer o sistemas inmunitarios debilitados. Cuando el sistema inmunitario no elimina las esporas, el hongo puede crecer dentro del cuerpo y literalmente “comerte de dentro hacia fuera”, asegura van Rijn y recoge la CNN.

Cada vez más resistentes a los medicamentos

La aspergilosis tiene una mortalidad alta, de entre el 20% y el 40%, y a menudo se diagnostica tarde, ya que sus síntomas —como fiebre y tos— se confunden con otras enfermedades. Además, los hongos son cada vez más resistentes a los medicamentos, y solo hay cuatro clases de antifúngicos disponibles actualmente.

El calentamiento global también está ampliando el área de hábitat para especies más peligrosas. Aspergillus flavus, que prefiere climas cálidos y tropicales, podría expandirse un 16% si seguimos quemando combustibles fósiles, llegando a zonas como el norte de América, China y Rusia. Esta especie es especialmente preocupante, ya que es resistente a varios antifúngicos, puede causar infecciones graves y también afecta cultivos alimentarios, con consecuencias potenciales para la seguridad alimentaria mundial. Tanto es así que la Organización Mundial de la Salud lo ha incluido en el grupo de patógenos fúngicos críticos.

Por otra parte, Aspergillus fumigatus, más común en climas templados, podría ver su área de distribución crecer un 77,5% hasta 2100, llegando a exponer hasta 9 millones de personas a Europa. En contraposición, algunas zonas del África subsahariana podrían llegar a ser demasiado cálidas para el hongo, lo cual podría alterar los ecosistemas locales, ya que los hongos tienen un papel crucial en la salud del suelo.

El cambio climático: ¿culpable?

Además de la expansión geográfica, el aumento global de temperaturas puede estar haciendo que los hongos se adapten mejor a la temperatura corporal humana, facilitando las infecciones. Fenómenos climáticos extremos como sequías, inundaciones o tormentas también pueden dispersar las esporas a largas distancias, hecho que se ha observado después de desastres naturales, como el tornado de Joplin (Missouri) en 2011.

Expertos como Elaine Bignell, de la Universidad de Exeter, y Justin Remais, de la Universidad de California, Berkeley, alertan de que hay muchas incógnitas pendientes. Remais, que ha analizado datos de más de 100 millones de pacientes, indica que los casos de aspergilosis están aumentando un 5% anual en Estados Unidos, y denuncia la falta de datos ambientales y médicos sobre donde se encuentra exactamente el patógeno y quién es más vulnerable. Los hongos son patógenos mortales, cada vez más resistentes y menos conocidos que las bacterias o los virus. Los científicos advierten que cualquier persona puede ser afectada en el futuro, especialmente en un mundo cada vez más caliente, más húmedo y más propicio para su propagación.