Vivir en Mariúpol se ha convertido en una auténtica odisea. Los habitantes de la ciudad controlada ahora por las fuerzas rusas se ven obligados ahora a cazar palomas y poner trampas con medios improvisados para conseguir comida. Y es que la comida en la ciudad portuaria escasea. Para sobrevivir, los habitantes de Mariúpol han empezado a poner trampas para las palomas. Así lo ha explicado el Ayuntamiento de Mariúpol a través del canal de Telegram. Según señalan, la gente hizo lo mismo durante el hambre de 1932-1933. Los pájaros, que antes eran alimentados por los residentes cerca del teatro, ahora se los han empezado a comer.

"Los habitantes de Mariúpol se encuentran en un gueto, sin agua ni comida normales. No pueden salir de la ciudad. Los vecinos ahora se han visto obligados a comerse las palomas. Esta es una burla de la gente que vivió una vida llena antes de la guerra. Y no sabían qué era pasar hambre ni tener agua potable. Estas cosas terribles están pasando al siglo XXI, en el corazón de Europa, delante del mundo entero. Este es un genocidio del pueblo ucraniano por parte de un estado terrorista", ha manifestado el alcalde Vadym Boychenko.

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Trampas para cazar palomas en la ciudad de Mariúpol / Cedida Ayuntamiento de Mariúpol

Pero comer palomas, es peligroso. Así lo ha manifestado Oleksandr Lazarenko, director del Centro de Atención Primaria de Salud número 3, que explica que llevan muchas enfermedades. "Las palomas son un caldo de cultivo para muchas enfermedades víricas, bacterianas y fúngicas. En este sentido, la carne puede estar infectada. Puede causar histoplasmosis, encefalitis, ornitosis, salmonelosis, toxoplasmosis y otras enfermedades peligrosas. Estas enfermedades son especialmente peligrosas para los niños y las personas mayores. En ausencia de una atención médica adecuada, incluso puede provocar la muerte".

Mariúpol sufre un riesgo elevado de epidemias

No sé sabe con exactitud cuántos ciudadanos de la ciudad habrían perdido la vida, pero las estimaciones oscilan entre 20.000 y 24.000 personas. Además, los habitantes de la ciudad han pasado un mes bajo asedio, en sótanos, sin agua, ni calefacción, ni atención médica. Según recoge un informe sobre Mariúpol presentado al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, un 90% de los edificios de gran altura habrían quedado destrozados y un 60% de las casas y otras construcciones también habrían quedado estropeados. Además, también los hospitales y centros sanitarios habrían quedado inservibles. No ha habido y todavía no hay agua potable, por lo tanto, la gente ha corrido a los pozos, embalses abiertos y muchos han muerto de camino. La ciudad ha estado bajo bombardeos de tanques, de artillería pesada y se han utilizado lanzacohetes y ataques aéreos. Muchos residentes no han sido enterrados o no lo han sido debidamente, hecho que el calor y las lluvias, puede estar contribuyendo a las infecciones y pestes. La evacuación de civiles se llevó a cabo en un mes. 350.000 personas abandonaron la ciudad y estaban listos para hacerlo en cualquier lugar. A pesar de todo, no todos tuvieron las mismas oportunidades. Otros porque o bien no tenían donde ir, o no tenían los medios ni recursos, han optado por quedarse. Un hecho que, evidentemente, ha tenido consecuencias.

Ni agua potable, ni alimentos

La situación en Mariúpol es crítica, la OMS advierte del peligro de brotes infecciosos. Los residentes de Mariúpol en el límite a causa de la falta de agua potable. El alcalde de la ciudad lo explicó, también por Telegram. "Más de 100.000 personas que todavía están en la ciudad no tienen acceso a agua potable. Los residentes hacen cola durante 4-8 horas, un golpe por semana, tal como marcan a los ocupantes. Están cerca de la muerte. Esta es una catástrofe humanitaria. Por eso, tenemos que hacer todo el posible para abrir un corredor verde y salvar a la gente", dijo Boychenko. Añadió que los rusos y los colaboradores también habían restringido el acceso de los residentes a los alimentos. Al mismo tiempo, la ciudad se queda sin luz de gas y sin sistema de drenaje. Unas condiciones idóneas para la propagación de enfermedades infecciosas, como el cólera.

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Colas para conseguir kits de ayuda humanitaria a Mariúpol / Cedida Ayuntamiento de Mariúpol

Los kits de ayuda humanitaria no son suficientes

Cerca del centro comercial Metro, las tropas rusas siguen repartiendo ayuda humanitaria y kits de comer. Pero, desgraciadamente, no son suficientes para todos los residentes. Centenares de personas se ven obligadas a hacer cola bajo el sol, con temperaturas próximas a los 31 grados estos días, para recibir un poco de comida y agua. Tal como explicaba el teniente de alcalde de la ciudad de Mariúpol, Sergiy Orlov, conversa con ElNacional.cat, son habituales las colas para conseguir alimentos y las peleas entre los mismos ciudadanos por la imposibilidad de hacerlo. La ayuda es escasa, nos repite. En conversación con ElNacional.cat, destaca que cada día se reparten entre 100 y 200 cajas de comida para todas las personas que, incansablemente, se acercan cada día en el punto de encuentro. Como se puede ver en las imágenes, estas cajas de alimentos son insuficientes. Hay que recordar que la única ayuda humanitaria que llega a la ciudad viene de Rusia. En Mariúpol no puede entrar ni la Cruz Roja, ni Cáritas, ni ninguna organización. "Piensa que hay unas 150.000 personas todavía en Mariúpol, más o menos. Y solo unas 100 o 200 cajas de comida por día. No es suficiente, la gente se pelea por la comida".

 

Imagen principal: combatiente de la región de Azov. Foto: EFE / Orlando Barría