El jefe negociador de Hamás y máximo dirigente del grupo islamista en la Franja de Gaza, Khalil al-Hayya, ha asegurado este jueves que la organización islamista está dispuesta a entregar inmediatamente el control del gobierno en Gaza a un actor palestino consensuado, siempre que Israel ponga fin a la ofensiva militar. En una intervención pública con motivo de la festividad musulmana del Aíd al-Adha, Al-Hayya ha reiterado que su organización aceptaría transferir la administración del territorio a una entidad palestina "nacional y profesional" que cuente con el acuerdo de todas las partes implicadas. La propuesta, planteada en plena ofensiva israelí, supone un nuevo intento de desmarcarse de la gestión directa del poder a cambio de un alto el fuego inmediato, una condición que Hamás considera imprescindible para activar cualquier relevo político en Gaza.

A lo largo de su discurso, Al-Hayya ha acusado al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de bloquear cualquier avance en las negociaciones de paz, alegando que lo hace "por motivos personales e ideológicos" que, según él, anteponen los intereses políticos a los esfuerzos por poner fin al conflicto. El dirigente islamista ha asegurado que Hamás aceptó una propuesta de tregua impulsada por Estados Unidos hace dos semanas, pero que fue rechazada por el gobierno israelí, cosa que, según el negociador islamista, ha frustrado la oportunidad de alcanzar un alto el fuego.

En este contexto, Al-Hayya ha reiterado la disposición de Hamás a participar en una nueva ronda de negociaciones "seria" para alcanzar un acuerdo que permita un alto el fuego permanente en Gaza. El líder islamista ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para presionar Israel para que abandone lo que considera una actitud obstruccionista y ha denunciado que Tel Aviv quiere seguir controlando de manera absoluta el flujo de ayuda humanitaria. En concreto, ha cargado contra el mecanismo gestionado por la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), que según varias agencias de la ONU y otros actores internacionales vulnera los principios humanitarios fundamentales, impidiendo una distribución imparcial y equitativa de los recursos entre la población civil.

Los últimos días han sido especialmente duros para la población civil de la Franja, con nuevos bombardeos israelíes que han golpeado varias zonas del enclave, dejando decenas de muertos y heridos. A pesar de las condenas internacionales crecientes y las advertencias de Naciones Unidas sobre una crisis humanitaria sin precedentes, la ofensiva del ejército hebreo no da señales de contención. Paralelamente, Israel sigue bloqueando la entrada de combustible y ayuda esencial, agravando la situación en los hospitales y en los centros de refugio. En este escenario, el anuncio de Hamás de estar dispuesto a entregar el control de Gaza podría suponer un giro político importante, aunque de momento no ha habido ninguna respuesta oficial por parte del gobierno israelí.