Tras su elección como obispo de Roma el pasado 8 de mayo, el papa León XIV ofició este miércoles, a las 22 horas, su primera misa del Gallo como líder mundial de la Iglesia católica. La hora de la misa ya ha marcado una diferencia con sus dos predecesores, que por razones de su avanzada edad decidieron adelantar la hora de la misa, que tradicionalmente se celebra a medianoche, hasta las 21 o 20 horas. Ante 6.000 fieles, León XIV lamentó que "una economía distorsionada induce a tratar al hombre como mercancía" y afirmó que Dios envió a Jesús al mundo, "un niño", "un indefenso", para que fuera "palabra de esperanza ante el dolor de los miserables" y "la fuerza para levantarse ante la violencia y la opresión". "Mientras la humanidad intenta convertirse en Dios para dominar a los demás, Dios elige convertirse en hombre para liberarnos de toda forma de esclavitud", afirmaba el papa estadounidense, en una clara referencia a los conflictos armados y la violencia que asolan el mundo.

Ante 6.000 fieles, en esta misa en la que la Iglesia celebra el nacimiento de Jesús, el pontífice dedicó su homilía a este momento en el que, afirmó, "para iluminar nuestra ceguera, el Señor se quiso revelar al hombre como hombre, su verdadera imagen, según un proyecto de amor iniciado con la creación del mundo". El nuevo papa aprovechó la ocasión para citar a uno de sus predecesores más cercanos, Benedicto XVI, y sus palabras en la última misa del Gallo que ofició hace trece años, en las que afirmaba que "mientras la noche del error oscurezca esta verdad providencial, tampoco queda espacio para los demás, para los niños, los pobres, los extranjeros". "Las palabras del papa Benedicto XVI, tan actuales, nos recuerdan que en la tierra no hay espacio para Dios si no hay espacio para el hombre: no acoger a uno significa rechazar al otro. En cambio, donde hay lugar para el hombre, hay lugar para Dios", decía León XIV haciendo referencia al drama humanitario provocado por la inmigración y al rechazo que muestran algunos sectores de la sociedad. León XIV terminó la homilía con una nota positiva, e hizo un llamamiento a celebrar "la alegría de Navidad, que es una fiesta de fe, caridad y esperanza".

Recuerdo a las víctimas de las guerras en la 'Urbi et Orbi' de Navidad

Ya este jueves, día de Navidad, León XIV ha vuelto a salir al balcón central de la Basílica de San Pedro, desde el cual se ha dirigido a los miles de fieles que esperaban sus palabras bajo la lluvia en Roma. Antes de su bendición 'Urbi et Orbi', el papa ha pedido "justicia, paz y estabilidad para el Líbano, Palestina, Israel y Siria", y que se encuentre "el valor para dialogar de forma sincera, directa y respetuosa" para acabar con la guerra en Ucrania. El papa ha implorado "paz y consuelo para las víctimas de todas las guerras que se libran en el mundo, especialmente aquellas olvidadas; y para quienes sufren a causa de la injusticia, la inestabilidad política, la persecución religiosa y el terrorismo". En este sentido, ha recordado a "quienes huyen de su tierra en busca de un futuro en otra parte, como los numerosos refugiados y migrantes que atraviesan el Mediterráneo o recorren el continente americano". En sus demandas, el papa ha hecho referencia a multitud de países en situación de guerra o conflicto y se ha referido directamente a Oriente Medio, a Sudán, a la República Democrática del Congo, a Birmania, a Haití y a Tailandia y Camboya, entre otros. "El nacimiento del Señor es el Nacimiento de la paz", ha asegurado en su mensaje final, cuando ha deseado "de todo corazón una Navidad serena".