La situación humanitaria en la Franja de Gaza se ha degradado gravemente a causa de la escalada del conflicto, el cierre prolongado de los pasos fronterizos y la escasez crítica de alimentos. Desde el 2 de marzo, la entrada de ayuda humanitaria está completamente bloqueada, lo que ha agravado drásticamente el hambre y la desnutrición. Según el último informe de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF), 470.000 personas en Gaza se encuentran en riesgo de sufrir un hambre catastrófica (fase 5 del CIF), y toda la población sufre algún grado de inseguridad alimentaria aguda.

El informe también alerta de que 71.000 niños y más de 17.000 madres necesitan tratamiento urgente para evitar la desnutrición aguda, una cifra que supera la estimación inicial de 60.000 niños y niñas. La directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Cindy McCain, ha denunciado que los alimentos están retenidos en las fronteras mientras la población se muere de hambre, y ha llegado un llamamiento a la comunidad internacional para que actúe con urgencia antes que sea demasiado tarde.
Niños de Gaza sufren una privación extrema de alimentos
La reanudación de las operaciones militares y el bloqueo total actual agravan todavía más la crisis. Se espera que, en los próximos meses, la inseguridad alimentaria, la desnutrición y la mortalidad superen los umbrales de hambre. La gran mayoría de los niños de Gaza sufren una privación extrema de alimentos. A esta situación se añade la destrucción del sistema sanitario y la escasez crítica de agua potable, especialmente en las zonas de Gaza Norte, Gaza ciudad y Rafah, donde se prevé un aumento rápido de la desnutrición aguda.

Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF, ha advertido que el riesgo de hambre no es repentino, sino resultado del bloqueo del acceso a los alimentos y servicios esenciales. Las fronteras hace más de dos meses que están cerradas, lo que ha hecho disparar los precios de los alimentos a niveles inasumibles para la mayoría de las familias.

Mientras tanto, más de 116.000 toneladas métricas de ayuda alimentaria están listas para ser distribuidas, junto con centenares de cantos rodados de tratamientos nutricionales. Sin embargo, esta ayuda no puede entrar mientras las fronteras permanezcan cerradas. El PMA y UNICEF continúan activos sobre el terreno, pero sus reservas de alimentos y suministros están casi agotadas. Las dos agencias instan las partes implicadas a permitir la entrada inmediata de la ayuda y a cumplir con el derecho internacional humanitario.