Las cuatro fugas que han detectado Suecia y Dinamarca en los gasoductos de Nord Stream encendieron todas las alarmas. Estos conectan directamente Rusia con Alemania y era por donde se abastecía de gas en diferentes países de la Unión Europea, aunque el Nord Stream 2 no se ha llegado a utilizar nunca y el primero se encontraba inoperativo, después de que Rusia suspendiera indefinidamente el suministro. Con todo, estaban llenos de gas, hecho que ha generado mucha preocupación. Esta, sin embargo, se ha incrementado en las últimas horas, cuando se han detectado unas nubes de metano (que representaba un 96% del gas dentro de las cañerías) sobre Suecia y Dinamarca, provocados, según expertos noruegos, por la liberación de unas 40.000 toneladas de metano, hecho que provoca un gran efecto invernadero.

Aunque según los investigadores, estos gases (las burbujas que se pueden ver encima de la superficie del mar en donde se han registrado las fugas), no son nocivos para la salud, sí que pueden tener grandes efectos medioambientales. Los primeros a dar el grito de alarma han sido las autoridades medioambientales alemanas, que han advertido de los posibles efectos que puede tener este metano sobre el ecosistema. En un contexto donde todavía no se ha encontrado solución para tapar las fugas, con que además sería muy costosa, y sin tener claro todavía quién ha sido el autor de este sabotaje, la Agencia Federal del Medio Ambiente alemana calcula que se pueden liberar 0,3 millones de toneladas de metano.

Como si fueran 80 toneladas de CO2

En este sentido, las emisiones pueden acabar incrementando y acelerando los efectos de la emergencia climática, según la gran mayoría de expertos, consternados ante las imágenes del metano en el mar. Por ejemplo, de Greenpace, el suyo responsable de la campaña contra los combustibles fósiles, Francisco del Pozo, que las imágenes "son demoledoras". Así lo ha explicado a Efe, ya que según los primeros datos, que son poco exactos, la cantidad de metano que se ha liberado equivale a las emisiones de un parque móvil funcionando durante un año entero en España. En un momento donde los efectos del cambio climático ya se pueden percibir, con incendios forestales, sequía, lluvias torrenciales y olas de calor, estas emisiones harán aumentar las posibilidades que estas catástrofes sigan pasando. Desde Greenpace definen las fugas como "bombas climáticas", ya que, según del Pozo "los primeros 20 años de metano a la atmósfera después de ser liberado generan una capacidad de captación de calor del sol de 84 veces más alta que el CO2, es decir, cada tonelada de metano equivale a 80 toneladas de CO2".

Una reparación muy compleja

Ahora, el dolor de cabeza es saber como reparar el gasoducto, algo que es complicado, costoso y lento. Las condiciones climatológicas, su situación sumergida en el mar y la magnitud de los daños hacen que la reparación tenga muy mal pronóstico. Para empezar, no todo el mundo puede aceptar esta gesta, ya que, como informa NIUS, sólo hay 30 personas en el mundo con la formación necesaria para reparar estas cañerías, un proceso en lo que los submarinistas tienen un papel clave.