El pasado 16 de febrero el eurodiputado de ultraderecha búlgaro Angel Dzhambazki, que fue el ponente del suplicatorio contra el president en el exilio Carles Puigdemont y los consellers Toni Comín y Clara Ponsatí, se plantó de pie en el hemiciclo del Parlamento Europeo e hizo el saludo nazi y abandonó la sala. Este gesto fue denunciado por el partido Reinassance a través de las redes sociales. Dzhambazki se excusó asegurando que no quería hacer el saludo fascista, sino que simplemente se despedía antes de abandonar el pleno. Las excusas del eurodiputado no han acabado convenciendo en el Parlamento, pero eso no quiere decir que su enaltecimiento del fascismo tenga un castigo duro. Este martes, la presidenta de la cámara, Roberta Metsola, ha anunciado que Dzhambazki será sancionado con la retirada de sus dietas durante seis días, aproximadamente 2.000 euros menos de su sueldo.
Diariamente, Dzhambazki recibe por dietas 338 euros por su cargo de eurodiputado. Aunque acaba siendo una gran suma de dinero, se queda como un castigo corto ante el enaltecimiento del fascismo en el corazón de la Unión Europea. Para más inri, la sensación del eurodiputado tuvo lugar en un pleno donde es tratada a decisión de la justicia europea de permitir a la Comisión recortar fondos de los países que no cumplen con los valores europeos, es decir, Hungría y Polonia. Dzhambazki posicionó claramente a favor de los dos países y llegó a llamar "larga vida en Orbán, Fidesz, Kaczynski, Bulgaria y nuestro estado nación". Unos instantes más tarde se plantaba desde un lado del hemiciclo, hacía el saludo fascista y se marchaba.
Todo para el Parlamento Europeo lo ha considerado como un episodio que "estropeó la dignidad y la reputación" de la cámara, según su presidenta. El precio de este golpe a la dignidad y la reputación de la institución europea se ha cerrado con una sanción de seis días sin dietas y nada más.
La ultraderecha Europa
En su momento, Dzhambazki se mostró como un firme defensor de Viktor Orbán, quien ha vuelto a ganar las elecciones en Hungría con una mayoría amplía. Orbán no solo revalida su cargo como presidente por cuarta vez, sino que lo hace consiguiendo una mayoría que le permitirá gobernar en solitario. En su discurso posterior a la victoria electoral, cargó contra la Unión Europea: "Esta victoria que quizás no se podrá ver desde la Luna, pero seguro que sí que se ve desde Bruselas". La UE ha sido uno de los enemigos públicos número 1 de Orbán los últimos años. Un discurso antieuropeísta que hermana lo extrema derecha europea, la cual considera a grandes rasgos que Bruselas concentra demasiado poder por encima de los estados.
Curiosamente, este eurodiputado de ultraderecha forma parte del Grupo Conservador y Reformista, donde también se encuentra Vox. Él fue el ponente del suplicatorio contra Puigdemont, Comín y Ponsatí, por el cual se les levantó la immunidad parlamentaria. Una de las críticas que hacía el independentismo es que precisamente fuera él el elegido para asumir esta ponencia. Las normas establecen que el relator no puede ser del mismo Estado ni del mismo grupo que los eurodiputados examinados y el independentismo reclamaba que tampoco se tendría que haber admitido que este formara parte del mismo grupo en el cual estaba el partido que se personó en la causa por el referéndum del 1 de octubre y que fueron acusación particular.