El Gobierno de Donald Trump ha aducido este domingo que el Pacto Mundial sobre Migración de la ONU, en el cual los Estados Unidos se había comprometido a participar bajo la Administración Obama, es "incoherente" con sus políticas migratorias, y ha anunciado que se retira por incompatibilidad con su soberanía.

La Declaración de Nueva York, que da pie al pacto, "contiene numerosas disposiciones que son incoherentes con las políticas americanas de inmigración y refugiados, y los principios de inmigración de la Administración Trump" ha explicado la misión de los Estados Unidos en un comunicado.

Los líderes internacionales acordaron en aquella resolución, firmada por 193 países en la cumbre sobre refugiados y emigrantes celebrada en Nueva York en septiembre de 2016, negociar una serie de medidas para garantizar unos flujos más "seguros, ordenados y legales".

La iniciativa, impulsada por México y Suiza, fue apoyada por el entonces mandatario norteamericano, Barack Obama, y acogida por el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, como uno de los mayores retos de la organización para el próximo año.

La decisión de los Estados Unidos se produce un día antes de que la ONU celebre una cumbre preparatoria del convenio en Puerto Vallarta (México), donde empieza una fase centrada al revisar la información de la que disponen los países y participar en uno análisis constructivo.

Trump rompe con un pacto soportado unánimemente

Trump ha decidido, según la Misión de los Estados Unidos, finalizar la participación del país en el pacto, que previsiblemente iba a obtener un consenso unánime en el organismo internacional en septiembre de 2018, en una cumbre de jefes de estado y de Gobierno previa al debate de alto nivel de la Asamblea General.

La embajadora norteamericana ante la ONU, Nikki Haley, ha alegado que "el planteamiento" global de la Declaración de Nueva York "simplemente no es compatible con la soberanía" del país y que su gobierno es lo que decidirá "como controlar de la mejor manera" las fronteras y quien las atraviesa.

Ningún país ha hecho más que los Estados Unidos y nuestra generosidad continuará. Pero nuestras decisiones en política migratoria tienen que ser tomadas siempre por norteamericanos y sólo para|por norteamericanos" ha declarado en un comunicado Haley, quién en la suya vagada ha expresado "orgullo" nacional por|para "la herencia migratoria" del país.

El secretario del Departamento de Estado, Rex Tillerson, ha reiterado las palabras de la embajadora señalando que la primera obligación de un Estado soberano es "asegurar que la migración es segura, ordenada y legal".

En rechazo al convenio humanitario de la ONU, Tillerson ha declarado que los Estados Unidos no pueden soportar "de buena fe" un proceso que "socava" su "derecho de soberanía" a reforzar leyes migratorias y no garantizar la seguridad de sus fronteras.

La comunidad internacional lamenta la decisión de Trump

El presidente de la Asamblea General, Miroslav Lajcák, ha lamentado la decisión de los Estados Unidos, a su juicio un actor "fundamental" en la elaboración del pacto por su "experiencia" histórica y para ser el país que acoge al mayor número de migrados internacionales del mundo.

Asimismo, el diplomático eslavo ha recalcado que "ningún Estado puede gestionar la migración internacional por su cuenta" y que la ONU no tendría que perder esta oportunidad de mejorar las vidas" de los 60 millones de personas que se calcula que están desplazadas en el mundo.

Polémicas políticas migratorias de Trump

Desde que Trump llegó a la Casa Blanca, los Estados Unidos se han retirado de diferentes pactos internacionales como consecuencia de decisiones unilaterales de su administración, los más destacados el Acuerdo del clima de París y el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TTP), u organizaciones como la UNESCO.

La política migratoria ha sido una de las cuestiones en las que más ha prestado atención el presidente norteamericano, que ya durante la campaña electoral prometió construir un muro con México y una vez asumido su cargo ha puesto en marcha restricciones en los viajes a los Estados Unidos.

De momento la Administración que dirige ha impulsado hasta tres vetos migratorios, el último proclamado en septiembre y que restringe el ingreso de ciudadanos de Corea del Norte y de funcionarios de Venezuela a los Estados Unidos.