Estados Unidos ha empezado hoy a bombardear a Estado Islámico en Libia, según han informado fuentes del Departamento de Defensa. Los ataques, efectuados a petición del gobierno libio, están dirigidos contra los yihadistas en la zona de Sirte, una ciudad localizada entre Trípoli y Bengasi, que se ha convertido en un bastión de EI, según ha explicado el Pentágono.

"Hoy, a petición del gobierno libio, las fuerzas armadas norteamericanas han realizado ataques aéreos de precisión contra objetivos de EI en Sirte", ha avanzado al portavoz del Departamento de Defensa, Peter Cook, en un comunicado. El Pentágono asegura que los ataques a Libia han sido autorizados por el presidente norteamericano, Barack Obama, después de consultar con el secretario de Defensa, Ash Carter, y el jefe del Estado Mayor, Joseph Dunford.

El Departamento de Defensa justifica que esta operación entra dentro de su estrategia para derrotar a EI con apoyo aéreo de las fuerzas locales aliadas. Lo mismo que sucede en Iraq y Siria, donde los bombardeos se han alargado durante casi dos años.

"Los ataques continuarán en Sirte con el objetivo de permitir al gobierno del Acuerdo Nacional Libio realizar avances decisivos y estratégicos", avanzan fuentes de Defensa norteamericanas. El objetivo de EE.UU. es abrir en Libia un nuevo frente con respecto a su particular guerra contra el Estado Islámico, que se había hecho fuerte en Sirte, antiguo fortín y ciudad de nacimiento del dictador libio Muamar el Gadafi, muerto en octubre de 2011.

Desde la caída del régimen de Gadafi, Libia está sumida en el caos y la guerra civil. Hasta tres autoridades se disputan el control del país: una en Trípoli, que la ONU considera rebelde; otra en Tobruk, que reconocen numerosos países, y una tercera, denominada gobierno de unidad nacional, que tiene el apoyo de la ONU y la Unión Europea. Precisamente, el caos ha sido aprovechado por los grupos yihadistas, y especialmente la rama libia de Estado Islámico.