Algunos países han visto ahora la oportunidad perfecta para empezar a implementar cambios en sus modelos productivos y laborales. En el Estado español, Más País quiso impulsar un debate sobre una jornada laboral de 32 horas semanales a realizar en 4 días a la semana. Este esquema ya se ha puesto en marcha en países como Nueva Zelanda o Islandia, y sostienen que el objetivo es poder facilitar la conciliación familiar, tener más tiempo para el ocio y, al mismo tiempo, que sea una medida beneficiosa en términos de salud mental. Según revela la BBC, ahora se suma a la lista Escocia. Varias empresas del país escocés activarán un plan piloto para ver el funcionamiento de esta nueva modalidad de horarios laborales y sus efectos.

De hecho, el Partido Nacional Escocés (SNP) llevaba a su programa político para las pasadas elecciones del 6 de mayo de este año el compromiso de destinar un fondo dotado con 10 millones de libras a fin de que las empresas pudieran solicitar estos recursos económicos e implementar pruebas con este nuevo esquema laboral. La idea con la cual se trabaja es la reducción de un 20% de las horas semanales que actualmente se trabajan, que quedarían comprimidas en cuatro días, y sin que eso suponga ninguna alteración ni rebaja en el sueldo de los trabajadores.

Ocho de cada diez trabajadores, a favor

A principios de agosto, se publicó un informe del think tank escocés IPPR que ponía de manifiesto que un 84% de los encuestados eran partidarios de "adaptar sus procesos de trabajo para ajustarse a una semana laboral más corta". En esta línea, también un 80% expresaba que la reducción de la jornada laboral a 4 días semanales sin que las retribuciones económicas por el trabajo se vean afectadas "tendrá un efecto positivo en su bienestar".

Algunas de las empresas que han decidido ensayar este nuevo modelo de jornada reducida son UPAC Group (de hecho, ya han decidido que sus trabajadores tendrán una jornada laboral de cuatro días de manera indefinida) y también se ha sumado Orocco, según el medio Herald Scotland.

El informe de IPPR pide al gobierno escocés que ponga en marcha este modelo de cuatro días en aquellos sectores económicos en los cuales se encuentren los trabajadores peor pagados o incluso en aquellos casos en los cuales podría resultar más complejo reducir su jornada.

La situación en España

El portavoz de Más País, Íñigo Errejón, impulsó esta propuesta para aplicarla en el Estado español en su programa electoral para los comicios generales del pasado 10 de noviembre de 2019. Después de reivindicarla en numerosas ocasiones en sus discursos en la tribuna del Congreso, a principios de este año anunció que el Gobierno había aceptado destinar un fondo de 50 millones de euros (que parten de los fondos Next Generation, es decir, los fondos europeos para la recuperación económica) a fin de que varias empresas puedan acogerse a este dinero y puedan poner en práctica este nuevo esquema laboral.

Unos meses antes de la decisión del Gobierno, el ejecutivo del País Valencià ya había optado por abrir una partida de 1,5 millones de euros que permitiera empezar a ensayar la jornada laboral de 4 días y fines de semana de 3 días.

Los defensores de esta nueva modalidad sostienen que tiene que servir para mejorar el bienestar de los trabajadores sin que eso incida negativamente en la productividad de estos. En este contexto, manifiestan que un mayor descanso puede contribuir, por ejemplo, a una mayor creatividad de estos trabajadores.

 

Imagen principal: Fotografía de dos trabajadores con sus ordenadores. Pixabay.