En un histórico discurso televisado, el emperador de Japón, Akihito, ha manifestado sus intenciones de abdicar a causa de su "avanzada edad" y su delicado estado salud. Desde que accediera al Trono del Crisantemo en 1990, esta es la segunda comparecencia pública en la cual el emperador se dirige a la población nipona, ya que la primera fue con motivo del accidente nuclear de Fukushima.

Akihito, de 82 años, ha reconocido que sus "limitaciones" le dificultan "seguir asumiendo responsabilidades importantes como símbolo del Estado". De esta manera, el emperador ha aludido por primera vez la posibilidad de abdicar en los próximos años.

En cualquier caso, Akihito ha evitado referirse directamente a su intención de abandonar el cargo puesto que la Constitución nipona no contempla actualmente la sucesión con vida. Asimismo, el emperador ha sugerido que se debería modificar la ley de sucesiones imperiales para poder apartarse de sus funciones. El primer ministro japonés, Shinzo Abe, ha anunciado que estudiarán la petición.