Más cartas amenazadoras. La Embajada ucraniana en Atenas ha informado este lunes que ha recibido un sobre sospechoso manchado de sangre que presuntamente contenía restos animales, informan los medios griegos y Efe. El macabro paquete, que llegó a través del correo como lleva pasando desde hace días en diversos puntos de Europa, fue encontrado esta mañana por el guardia de la embajada, quien informó de inmediato a las autoridades. Dado a los diversos casos de explosivos enviados a otras embajadas ucranianas en las últimas semanas, el equipo especial de pirotecnia de la Policía helena ha acudido de inmediato al edificio. Los agentes han podido comprobar al cabo de unos minutos que el sobre no contenía ningún mecanismo explosivo, sino restos que aparentemente son de animales, señalan los medios locales.

Nueva carta ensangrentada a una embajada de Ucrania

Así, otra embajada ucraniana habría recibido otro paquete macabro sin que se sepan más detalles de su procedencia. La carta descubierta este lunes será enviada a los laboratorios forenses para realizar las pruebas forenses necesarias, según las mismas fuentes. Sobres parecidos han sido enviados durante las últimas semanas en las embajadas ucranianas de España, Hungría, Holanda, Polonia, Croacia, Italia y la República Checa, así como a empresas vinculadas con el apoyo militar a Ucrania ante la invasión rusa. De momento, se desconocen las causas y los autores de estas acciones, ya que carecen de más información.

El origen podría ser Valladolid

Las seis cartas que contenían material explosivo que han llegado esta semana a varios puntos del Estado provenían de la provincia de Valladolid. Es lo que ha logrado averiguar la investigación por delitos de terrorismo que la Comisaría General de Información ha encargado a la Audiencia Nacional. Hasta el momento, se sabía que todas las cartas habían sido enviadas por correo ordinario desde algún punto de España, pero no se sabía desde dónde. Ahora se ha podido confirmar que todas provienen del mismo sitio, pero todavía se desconoce la identidad de la persona que ha enviado las cartas y los motivos por los que lo habría hecho. Identificar al individuo que lo hizo será una tarea muy complicada, puesto que, según explica la policía, las cartas se depositaron en buzones de correos ordinarios, que no están vigilados por cámaras de seguridad.