La discusión de reality show que han protagonizado Trump y Musk los últimos días encuentra su primera fase conciliadora. En un puesto de este miércoles por la mañana en su red social, el empresario ha pedido perdón por su mala gestión de los mensajes, que dice que “fueron demasiado lejos”. Esta confesión y rebajamiento es la primera muestra de clara vulnerabilidad de un personaje que, desde su llegada a la Casa Blanca, se ha mostrado totalmente impasible y bastante provocador. Esta declaración llega después de que Musk borrara algunos de sus posts y en un contexto personal complicado por el magnate, que ha visto cómo sus empresas han sufrido una caída masiva de valor —Tesla, por ejemplo, ha perdido el 44% de su valor desde la llegada de Trump al poder, aproximadamente 600.000 millones de dólares.

Musk se marchó de la Casa Blanca el pasado 29 de mayo, después de ciento treinta días al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental, y lo hizo entre elogios que rápidamente se transformaron en odio y disidencias. La fase incendiaria, sin embargo, parece que ha llegado a su fin. Después de ver como su padre opinaba que la política “no era su fuerte” y que él “no comprende como funciona”, el hombre más rico del mundo ha decidido hacer un cambio de rumbo, esconder la cola entre las piernas y, seguramente, irse a seguir haciendo lo que realmente tiene maña para hacer: ganar dinero y no hablar tanto.

Cronología de un choque de titanes

La semilla del conflicto entre dos de los personajes más poderosos del mundo fue la presentación y aprobación en la Cámara de Representantes de la “Grande y Preciosa Ley”, el proyecto estrella de Donald Trump, que incluye grandes exenciones fiscales, recortes en gasto social y un incremento del límite de endeudamiento de los Estados Unidos. Esta ley, que Trump defendía como clave para su administración, fue recibida con críticas muy duras por parte de Elon Musk, que la calificó públicamente en la red X de “abominación repugnante” y acusó a los que la votaron de ser conscientes del mal que hacían —recordamos que esta ley está ahora pendiente de ser aprobada por el senado y, cuando tal, efectuada.

Después de estas declaraciones, Musk aumentó la presión, cuestionando no solo la ley sino también la gestión de Trump, e insinuó incluso posibles vínculos del presidente con el caso Epstein (mensaje que ahora ha borrado), a más de sugerir que Trump tendría que ser sometido a un juicio político. Estas críticas hicieron que el conflicto escalara rápidamente, y Trump respondió amenazando con cancelar todos los contratos gubernamentales con las empresas de Musk, como Tesla y SpaceX, y advirtiendo que habría “consecuencias muy graves” si Musk daba apoyo a candidatos demócratas.

La ruptura entre los dos ya fue definitiva, por eso, en el momento en que Musk abandonó su cargo e hizo público su desacuerdo con la política fiscal y económica del presidente. Trump, por su parte, comunicó que la relación con Musk estaba rota y que no tenía ninguna intención de repararla. Este enfrentamiento tuvo consecuencias económicas inmediatas, con una caída significativa de las acciones de Tesla y un fuerte impacto en los mercados, pero no ha sido hasta este miércoles que Musk ha entendido que con el duelo con Trump le podía salir muy caro y ha decidido rebajar el tono. Quedará, pues, por ver, si Musk puede recobrar su vida (y su dinero) después de una etapa corta pero bien tumultuosa en el círculo del gobierno más poderoso del mundo.