La Fundació del Convent de Santa Clara, liderada por Sor Lucía Caram, y Missatgers per la Pau colabora para construir un hospital de campaña en Ucrania. "Estamos enviando ayuda humanitaria, tanques y armas, pero también necesitan asistencia médica", expone Caram a la ACN. Desde el inicio de la guerra, se ha desplazado a Ucrania 16 veces, la última esta semana. "La guerra me ha enseñado lo peor y lo mejor de la sociedad. El egoísmo y la generosidad máxima", explica Caram, quién apunta que las dos entidades lanzarán una campaña para conseguir 2 millones de euros y el objetivo es terminar el proyecto en dos meses.

"Ucrania ha perdido una generación. Por cada muerto, hay tres soldados heridos y dos de estos están mutilados", la menta Caram. Desde el inicio del conflicto el equipo de Caram ha acogido más de un millar de refugiados y ahora centran esfuerzos a crear corredores humanitarios de ayuda a los heridos por la guerra y enfermos. En total, han enviado 84 ambulancias, 200 equipos de reanimación, y tráilers de medicamentos. Ahora, sin embargo, se quiere dar un paso más allá y con la construcción del hospital de campaña.

La experiencia a la guerra

Caram afirmado que la situación en Ucrania "es surrealista". "No nos habríamos imaginado nunca una situación como esta, hemos fracasado y estamos sumergidos en una guerra cruel", expone y añade que todo está pasado a solo tres horas en avión de distancia. La religiosa insiste en que seguirá yendo a ayudar a pesar de la "barbarie". "La guerra me ha enseñado lo peor y lo mejor de la sociedad. La generosidad máxima y el egoísmo", asegura. También en referencia a aquellos que ahora quieren que se acabe la guerra por interés propio, solo porque afecta "a la situación de bienestar. Piensan que por culpa de ellos tenemos un problema energético", sentencia.

De Ucrania en Catalunya

El equipo de Caram ha acogido además de un millar de refugiados, según explica a la ACN. Un 30% ha vuelto a Ucrania, pero el resto se han quedado en Catalunya y en otras partes del Estado. En un inicio, se les llevaba a casas de familias acogedoras, pero ahora ya no y todos tienen un lugar para vivir. En Manresa, algunos dan clase de catalán y castellano, y los ayudan a buscar trabajo.

En Catalunya, desde junio hasta la actualidad, el número de personas que se ha instalado en Catalunya se ha estabilizado sobre los 21.000, según expone Mireia Mata, secretaría de Igualtats. "Hemos tenido una buena respuesta", valora Eunice Romero, directora general de Migraciones, Refugio y Antirracismo. Tanto Romero como Mata remarcan que la gestión de la llegada masiva de personas refugiadas de Ucrania ha sido un reto, pero destacan la implicación de la sociedad civil y de los entes locales. Romero destaca: "Es un trabajo compartido desde varios departamentos, el mundo local ha hecho un primer trabajo muy importante y les queremos ayudar con una subvención que estamos a punto de resolver".