En las últimas horas, los medios norteamericanos han revelado que Rusia habría pedido a China ayuda para afrontar la invasión de Ucrania, especialmente a través del envío de armas y también con apoyo económico para hacer frente a las sanciones de occidente que empiezan a ahogar el régimen de Putin. Pekín se apresuró a negar estos hechos, asegurando que no cambiarían de posición y horas más tarde, en rueda de prensa, el portavoz chino de Exteriores, Zhao Lijian quiso desmentir estas informaciones, asegurando que eran falsas y "pura desinformación". De esta manera, China se mantiene firme en la posición que adoptó poco después de la invasión, solidarizándose con el pueblo ucraniano. Ahora, sin embargo, la CNN asegura que la Rusia de Putin habría pedido al gobierno de Xi Jinping ayuda más allá del apoyo económico y el envío de armamento. Y es que veinte días después de la invasión, el ejército ruso necesita alimentos.

Las tropas buscan comida

Aunque desde China nieguen que hayan recibido ninguna demanda de Rusia, desde los Estados Unidos insisten en esta idea y concretan que "entre la ayuda que pidió Rusia había kits de alimentos militares no perecederos envasados previamente, que en los EE.UU. se conocen como "comidas preparadas para comer"" o MRE (por sus siglas en inglés). Además, la solicitud de alimentos reconoce los retos logísticos que analistas y funcionarios militares dicen que han obstaculizado el progreso ruso en Ucrania y plantea preguntas sobre la preparación fundamental del ejército ruso.

De esta manera, según la CNN las unidades desplegadas han superado sus convoyes de suministro y los informes de código abierto demuestran que las tropas rusas se han visto obligadas a entrar en tiendas de comestibles para buscar comida a medida que avanzaba la invasión y pasaban los días. Una de las fuentes con las cuales ha hablado este medio norteamericano sugiere que la comida podría ser una petición que China estaría dispuesta a satisfacer, porque no llega a una asistencia letal que sería vista como una profunda provocación por parte de Occidente. En este sentido, ayer desde Pekín negaban las informaciones y desde los Estados Unidos remarcaban que si finalmente se aceptara, supondría un cambio radical en el futuro de la guerra.

Conversaciones en Roma

A pesar de los desmentidos de los ministros chinos, desde los Estados Unidos, funcionarios de la administración han insistido en que China ha manifestado su voluntad de proporcionar asistencia militar a Rusia. Este intercambio de acusaciones se produjo antes de que autoridades chinas y norteamericanas se encontraran en Roma, concretamente Jake Sullivan, el consejero de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, con el máximo diplomático de China, Yang Jiechi. "El señor Sullivan ha planteado una serie de cuestiones en las relaciones entre los Estados Unidos y China, con una discusión sustancial de la guerra de Rusia contra Ucrania", dijo Jeichi sobre la reunión. "También han subrayado la importancia de mantener líneas de comunicación abiertas entre los Estados Unidos y China".

Kyiv, bajo el asedio ruso

Las preocupaciones por la posible implicación de la China en el conflicto se han intensificado en las últimas horas, con más bombardeos en Kyiv, la capital ucraniana que ha pasado la noche bajo el asedio ruso, y con las tropas rusas avanzando hacia el oeste, con ataques sobre bases militares en Leópolis, una ciudad que hasta ahora parecía segura y que solamente se encuentra a 25 kilómetros de la frontera con Polonia y, por lo tanto, de la Unión Europea y la OTAN. En este sentido, durante los últimos días, Joe Biden y otros miembros de su administración han alertado que aunque se rechazara la propuesta de Ucrania de crear un espacio de exclusión área para evitar entrar directamente en el conflicto, si se ataca algún país de la OTAN este conflicto se acabará convirtiendo en la Tercera Guerra Mundial. Vladímir Putin no tardó en responder a Biden, anunciando que todos los convoyes con armamento militar que llegaran a Ucrania serían considerados un objetivo legítimo.

En|A la imagen principal, un supermercado medio vacío en Kyiv / Europa Press