Israel ha llegado este domingo más lejos que nunca en su ofensiva contra Irán. El ejército hebreo ha confirmado que ha bombardeado un avión de reabastecimiento iraní en el aeropuerto de Mashhad, en el extremo nordoriental del país, en lo que ya es considerado el ataque israelí más profundo dentro del territorio iraní desde que empezaron los bombardeos el viernes pasado. La ciudad de Mashhad, la segunda más poblada de Irán y capital de la provincia de Jorasan Razavi, se encuentra a solo 150 kilómetros de la frontera con Afganistán y a 65 kilómetros de Turkmenistán. Este ataque supone un salto cualitativo y geoestratégico dentro de la operación israelí, ampliando el alcance de la ofensiva hasta una zona del país que, hasta ahora, había quedado fuera del alcance directo de los misiles y los drones de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).

Las FDI han dado detalles sobre la magnitud de la operación a través de su cuenta oficial en la red social X, donde han asegurado que "a unos 2.300 kilómetros de distancia, la Fuerza Aérea ha atacado recientemente un avión de reabastecimiento iraní en el aeropuerto de Mashhad, en el este de Irán, en el ataque más lejano desde el inicio de la operación". Por su parte, varios medios iraníes han confirmado que se ha producido una explosión en la zona del aeropuerto, aunque, de momento, no han trascendido más detalles. Las imágenes compartidas en redes sociales muestran un enorme incendio con columnas de humo que se elevaban hacia el cielo.

La ofensiva de Israel no se limita solo al impacto directo de los bombardeos, sino que forma parte de una estrategia militar más amplia orientada a asegurar una superioridad aérea estable sobre territorio iraní. Según han explicado las FDI, parte fundamental de la operación consiste en establecer un "pasadizo aéreo" hacia Teherán y otras zonas clave del país a través de la destrucción de sistemas de defensa antiaérea. "La Fuerza Aérea trabaja para conseguir la superioridad aérea en todo Irán", ha afirmado el comunicado oficial del ejército judío, insistiendo así en la dimensión estructural y continuada del ataque.