El papa Francisco ha presidido un Vía Crucis histórico, que se ha celebrado en la Plaza de San Pedro del Vaticano y no en el Coliseo, como es habitual, y al que no han acudido fieles por la emergencia del coronavirus.

El papa Francisco ha rezado una breve oración para que la humanidad no sucumba a la oscuridad: "Señor, no nos dejes en las tinieblas y en la sombra de la muerte, protégenos con el escudo de su poder. Dios, defensor de los pobres y afligidos, ayúdanos a soportar el yugo cada día", ha dicho.

Y el resto del tiempo ha asistido con absoluto recogimiento a la lectura de las meditaciones en este rito, que narran el calvario de Jesús de Nazaret desde su condena a muerte hasta su sepulcro, mediante catorce estaciones en las que la Cruz va pasando de mano en mano mientras dos narradores leen pasajes del Evangelio.

Este año, el Vía Crucis no se ha celebrado en el Coliseo, como es habitual por ser considerado un símbolo de la persecución y del sufrimiento de los primeros cristianos, sino que ha tenido lugar en una plaza vaticana completamente vacía, en silencio, iluminada por unas velas en el suelo, colocadas desde el obelisco hasta el sagrado.

La Santa Sede ha cerrado como medida de precaución la plaza y la basílica vaticanas y este año el papa está celebrando una Semana Santa un tanto peculiar, pues el Jueves Santo no hubo misa crismal ni lavado de pies, y tampoco el Vía Crucis se ha celebrado en el Anfiteatro Flavio, y todos los actos están teniendo lugar sin fieles, que tienen que conformarse con seguirlos por las redes sociales y los medios de comunicación.

Estas medidas de precaución no han impedido, sin embargo, que numerosas cámaras y fotógrafos de distintos medios de comunicación se acercaran este viernes hasta la verja que rodea la plaza para poder grabar unas imágenes históricas.

El pontífice continuará hoy los ritos de Semana Santa con la Vigilia Pascual y el Domingo de Resurrección celebrará una misa en la plaza de San Pedro del Vaticano y después impartirá la tradicional bendición "Urbi et Orbi" (A la ciudad y al mundo), todo sin fieles.