Después de la histórica reunión entre delegaciones de las dos Coreas justo antes del inicio del Juegos Olímpicos de invierno, que se celebran en Pyeong Chang, en que la hermana del líder norcoreano, Kim Yo-jong, trasladó la voluntad de Kim Jong-un de reunirse con el presidente surcoreano Moon Jae-in, este ha aceptado la invitación del Norte. Ahora bien, no será fácil que la reunión se llegue a celebrar, ya que el Sur ha puesto condiciones estrictas para su celebración.

Para empezar se exige que Pyongyang recupere el diálogo con los Estados Unidos y que se inicie el proceso de desnuclearización. Además, puede haber un problema añadido a estas "condiciones necesarias" que pide Seúl para celebrar la que sería la tercera cumbre de los líderes de ambos países. Se trata de las maniobras anuales de primavera que celebran, conjuntamente, Corea del Sur y EE.UU. desde hace más de dos décadas y que este año se han aplazado hasta el fin de los Juegos. El Norte acostumbra a contestar a estas maniobras con el lanzamiento de misiles balísticos, lo que no ocurre desde el pasado 28 de noviembre y que podría echar por tierra todos los pasos dados en el llamado "deshielo olímpico". Si todo eso sucede, será complicado ver a Moon Jae-in y Kim Jong-un dándose la mano en Pyongyang.

Primer Kim que pisa el Sur

La hermana del líder norcoreano, Kim Yo-jong, ha sido el primer miembro de la dinastía Kim en pisar el territorio de Corea del Sur, lo que representa un viaje y un acontecimiento históricos, que han escenificado el gran acercamiento de las dos Coreas en los últimos meses.

En el último día de este viaje, la comitiva norcoreana almorzó con el primer ministro surcoreano y asistieron juntos a un concierto de la orquesta Samjiyon de Corea del Norte, que consiguió llenar por completo el Teatro Nacional de Corea.

EE.UU. exige coordinación con Corea del Sur

Mike Pence, vicepresidente de EE.UU., también asistió a la inauguración de los JJ.OO. y también se reunió con Moon Jae-in. En el encuentro, Pence y Moon coincidieron en que Washington y Seúl tienen que mantener una posición coordinada ante Corea del Norte. Pence fue más allá y exigió al Sur que los dos países mantengan una fuerte presión tanto diplomática como económica sobre Norte, siguiendo la dura política exterior de Washington liderada por el presidente Donald Trump.