El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha lanzado una contundente advertencia sobre el estado de la central nuclear de Chernóbil: su estructura de protección principal, el Nuevo Confinamiento Seguro (NSC), ya no puede garantizar completamente la función de confinamiento para la que fue construida. La degradación deriva del impacto de un dron cargado con explosivos el pasado 14 de febrero, un ataque que Ucrania atribuye a Rusia —acusación que Moscú rechaza afirmando que “los militares rusos no hacen eso” y calificándola de “probablemente un montaje”.

Según el comunicado del OIEA, la inspección realizada recientemente “confirmó que la estructura protectora había perdido sus funciones primarias de seguridad, incluida la capacidad de confinamiento”, aunque no se detectaron daños permanentes ni en la estructura de soporte ni en los sistemas de monitorización. El impacto provocó un incendio en el revestimiento exterior, sin causar fugas radiactivas, pero suficiente para comprometer varios elementos esenciales del blindaje que cubre el reactor 4.

Preocupación internacional por una degradación aún mayor

El director general del OIEA, Rafael Grossi, recuerda que ya se han realizado algunas intervenciones, pero insiste en que la situación continúa siendo crítica: “la restauración integral sigue siendo esencial para evitar una mayor degradación y garantizar la seguridad nuclear a largo plazo”. La agencia recomienda reforzar las medidas de control de la humedad, intensificar el monitoreo de la corrosión y modernizar el sistema automático de vigilancia instalado después del accidente de 1986.

El impacto explosivo de un dron en la cúpula protectora de la central de Chernóbil | Europa Press
El impacto explosivo de un dron en la cúpula protectora de la central de Chernóbil | Europa Press

Las autoridades ucranianas ya trabajan en un plan que prevé reparaciones complementarias en 2026, con el apoyo del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo. Estas actuaciones deben preparar el terreno para una restauración completa del NSC cuando el contexto bélico lo permita.

Chernóbil, escenario de uno de los peores desastres nucleares de la historia, continúa siendo un punto vulnerable casi cuarenta años después de la explosión del reactor 4. Las estructuras de protección, concebidas para evitar nuevas emisiones radiactivas, han quedado sometidas al deterioro acelerado por la guerra. El recuerdo del 2022 sigue presente, ya que en las primeras semanas de la invasión, las fuerzas rusas ocuparon la central y sus alrededores durante más de un mes, hasta que Ucrania recuperó el control.