Primer cara a cara entre la candidata demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump para la carrera hacia las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, que se celebrarán el próximo 8 de noviembre. Clinton se ha impuesto a Trump por el 62% del público que siguió por televisión el debate en la Universidad de Hofstra (Nueva York) y que participó en la encuesta de la CNN.

De los 521 encuestados, un 41% ha apostado por la demócrata, mientras que sólo un 27% votó a favor del republicano. El resto no se identifica con ninguna de las dos opciones políticas.

El debate, que duró una hora y media sin interrupciones, estuvo marcado por los ataques directos entre los dos candidatos a la presidencia, que no tuvieron ninguna contemplación al irse tirando los trastos por la cabeza.

"Me parece que Donald me acaba de criticar para prepararme este debate. Y sí, lo he hecho. ¿Y sabes para qué más me he preparado? Me he preparado para ser presidenta", le espetó Clinton a Trump después de que él le tirara en cara que mientras él "recorría el país", ella "optó por quedarse en casa".

Reto aceptado

Con un traje rojo, la candidata demócrata se cogió a su fuerte carácter y fue directa al ataque. Trump, con un traje negro y una corbata azul, aceptó el reto sin pensárselo dos veces.

Clinton empezó reprochando al republicano que "fue uno de los que se aprovechó de la crisis inmobiliaria" y recordó que "la peor crisis desde la Gran Depresión" fue causada por un "sistema impositivo" que tenía como objetivo recortar los impuestos en los ricos.

Esto encendió al magnate, que entonces le echó en cara los más de 30 años que ha sido en cargos públicos y sus "éxitos escasos". Y no sólo eso. También le recriminó el acuerdo de libre comercio con el Canadá y México que su marido había firmado en la década de los noventa calificándolo como "el más desastroso de la historia" y el responsable de la fuga de miles de puestos de trabajo de los EE.UU.

¿Transparencia?

Trump también pidió a Clinton que hiciera público los "más de 30.000 correos borrados –cuando era secretaria de Estado– y aseguró que sería entonces cuando él haría pública su declaración de impuestos.

Clinton, molesta por las palabras de su rival, soltó que si finalmente lo hacía público, quizás será "porque no es tan rico como dice", porque "no es tan caritativo" y, finalmente, porque "nosotros no conocemos todos sus negocios, pero nos ha llegado por un reportaje de investigación que él tiene 650 millones de dólares a Wall Street y otros bancos extranjeros".

Y no sólo eso. Lo peor es que "quizás, él no quiere que los americanos, que nos están viendo esta noche, sepan que no está pagando nada de las tasas federales", como ya hizo público una vez. "Eso me hace inteligente", respondió por sorpresa de todos Trump.

Clinton y Trump volverán a verse cara a cara en el segundo debate del próximo 9 de octubre en San Luis y Las Vegas, en la recta final para conseguir la presidencia a la Casa Blanca.