Jair Bolsonaro, el aún presidente del Brasil, ha asumido su derrota y no impugnará la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebradas el domingo, donde se impuso con un ajustado 50,9%, con respecto al 49,1% que obtuvo el líder de ultraderecha. Bolsonaro ha comparecido este martes y, aunque no ha mencionado directamente los comicios, ha afirmado que seguirá "siendo fiel a la Constitución". Tras su breve declaración, el ministro de la Casa Civil, Ciro Nogueira, ha confirmado que ha sido autorizado por Bolsonaro para iniciar el traspaso de poderes a su sucesor, a quien se ha referido como "presidente Lula". 

El líder de ultraderecha ha tardado más de 36 horas en romper el silencio desde que se conoció su derrota en las elecciones. A pesar de este silencio, la comunidad internacional ya ha felicitado Lula por la victoria e, incluso, el jefe del gabinete de Bolsonaro ha ofrecido un sitio al futuro presidente para empezar a trabajar, según ha informado al Partido de los Trabajadores.

Bolsonaro se había encerrado en su residencia oficial en Brasilia y no se le veía públicamente desde el domingo por la mañana, cuando fue a su centro electoral en Río de Janeiro para votar. Hasta ahora, el líder de ultraderecha sólo había dejado su residencia para dirigirse al Palacio presidencial, pero ni siquiera se había pronunciado en las redes sociales durante los tres últimos días, donde acostumbra a estar una figura muy activa. La reacción de Bolsonaro generaba gran expectación, ya que durante la campaña electoral aseguró que no reconocería la legitimidad de los resultados en caso de una victoria de Lula. De hecho, llegó a cuestionar la credibilidad de los miembros del Tribunal Superior Electoral y puso en duda el voto por correo.

Protestas de los camioneros después de la victoria de Lula

La victoria de Lula y el posterior silencio de Bolsonaro han desencadenado protestas de los partidarios del líder de ultraderecha por todo el Brasil. Unas 270 carreteras han sido bloqueadas por camioneros bolsonaristas que han montado barricadas y quemado neumáticos en al menos 23 de los 27 estados que conforman el país, según ha informado Efe. Los manifestantes cuestionan el triunfo de Lula e, incluso, algunos piden la "intervención" de las Fuerzas Armadas. Ante este bloqueo, la Corte Suprema ha ordenado a las fuerzas de seguridad desalojar a los camioneros con amenazas de duras sanciones penales. El ministro de Justicia, Anderson Torres, ha asegurado que la Policía Federal de Carreteras (PRF) está actuando de manera "ininterrumpida" para volver a permitir el tráfico en las carreteras del país.

Uno de los bloqueos de los bolsonaristas está situado cerca del aeropuerto internacional de Guarulhos, en Sao Paulo, donde de momento se han tenido que cancelar 25 vuelos a causa de la situación. El gobernador de la zona, Rodrigo García, ha afirmado que se está actuando "con toda la fuerza necesaria" contra los camioneros porque "existe un resultado en las urnas" que certifica un presidente "electo, que es el Lula". Otros gobernadores del país también han mostrado su apoyo a Lula y la Confederación Nacional del Transporte (CNT), así como todos los gremios de camioneros, se ha quitado el marco de ellos del movimiento de protesta, asegurando que están liderados por "pequeños grupos" de autónomos.