El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro ha admitido este domingo que quemó con un soldador la pulsera electrónica que controlaba sus movimientos y se ha excusado en los efectos de varios medicamentos, los cuales le hicieron entrar en un estado deparanoia yalucinaciones”. Según el vídeo de la audiencia de control de su detención, difundido por la Corte Suprema, Bolsonaro —detenido preventivamente el sábado— ha reconocido los hechos ante una jueza auxiliar en una comparecencia por videoconferencia, después de pasar la primera noche en la sede de la Policía Federal, en Brasilia. El exmandatario, condenado a 27 años de prisión por intento de golpe de Estado y hasta ahora bajo arresto domiciliario, fue detenido por agentes federales al considerar que mantenía un “riesgo concreto de fuga” y suponía una “amenaza al orden público”.

La sesión de control, destinada a verificar la integridad física del detenido y garantizar que no se han vulnerado sus derechos fundamentales, se ha desarrollado sin incidencias. La jueza auxiliar del magistrado de la Corte Suprema Alexandre de Moraes —responsable del proceso por el que Bolsonaro ha sido condenado a casi tres décadas de prisión— ha conducido la audiencia y ha certificado que no habíaabusos o irregularidades”, según el informe oficial. Bolsonaro, que desde el 4 de agosto se encontraba en prisión domiciliaria, ha atribuido su estado de alucinaciones que le llevaron a destruir la pulsera electrónica a una combinación de medicamentos recetados por varios médicos. En su declaración, ha explicado que la pregabalina —un antiepiléptico— y la sertralina —un antidepresivo— le provocaron reacciones adversas que desencadenaron el episodio.

Además, Bolsonaro ha afirmado que desde hace tiempo sufre problemas graves de sueño y que, en medio del estado de ansiedad y confusión que ha atribuido a los medicamentos, llegó a creer que la pulsera electrónica ocultaba un sistema de escucha. Según su relato, comenzó a manipular el dispositivo el viernes por la tarde y continuó hasta el sábado a medianoche, momento en que el aparato activó una alerta automática que movilizó inmediatamente a las autoridades. El expresidente ha negado que su intención fuera retirarse la pulsera para huir, tal como sostiene el juez instructor del caso, y ha insistido en que el episodio fue fruto de una alteración mental transitoria. Una vez superada la audiencia de control de detención, está previsto que este domingo reciba la visita de su esposa, Michelle Bolsonaro, en las instalaciones de la Policía Federal.