Nueva polémica con Donald Trump. El expresidente de Estados Unidos cenó el martes pasado en su mansión de Mar-a-Lago, en Florida, con, entre otros, el antisemita Nick Fuentes, reconocido negacionista del Holocausto. Esta invitación le está costando a Trump una gran ola de críticas entre sus propios compañeros del Partido Republicano, entre ellos conocidos aliados, que en el mejor de los casos muestran su total estupor.

Nick Fuentes, con solo 24 años, ha propagado su discurso supremacista a través de su podcast, Nick Fuentes and American First. A través de este canal, Fuentes ha expresado que la derecha nacionalista estadounidense tendría que recuperar el poder por la fuerza. Además, también difunde su odio hacia los musulmanes, que considera que tendrían que quedar fuera de la primera enmienda, que defiende la libertad religiosa y de pensamiento. También considera que a las mujeres se les tendría que prohibir el voto, e incluso ha llegado a comparar a los judíos incinerados por los nazis con "galletas dentro de un horno". Fuentes en sus intervenciones desprecia a los republicanos y los consideran "traidores" por no hacer bastantes por parar las consecuencias de los cambios demográficos.

Fuentes no es el único invitado que ha despertado a las críticas contra Trump, el rapero Kanye West (Ye) también cenó en la mansión del expresidente. Ye también es conocido por sus comentarios racistas y antijudíos, que le han costado la exclusión de contratos con varias empresas, como la rescisión de un contrato con Adidas. Hace solo unas semanas volvió a involucrarse en una polémica por unos comentarios antisemitas.

Las excusas de Donald Trump

Las excusas de Donal Trump no se han hecho esperar. Ante la avalancha de críticas que ha recibido, rápidamente salió al paso para desentenderse de la asistencia de Nick Fuentes. En cambio, Trump confirmó la cena con Kanye West, quien supuestamente se ofreció para acompañar la candidatura presidencial del magnate como candidato a vicepresidente. "Le dije que no tendría que presentarse a la Presidencia", hizo saber Trump en un mensaje publicado en su red Truth Social. "Además, tampoco sabía quién era Nick Fuentes", añadió. Una declaración posterior de Trump recogida por CBS News reiteró que el rapero "llegó con un invitado al cual no conocía y del cual no sabía nada". "Cenamos el martes por la noche con muchas personas (...). La cena fue rápida y sin incidentes. Después se fueron al aeropuerto", se justificó Trump.

Avalancha de críticas

El encuentro de Trump con Fuentes y Kanye West se ha producido solo una semana después de que Trump anunciara su candidatura a las elecciones de 2024. Las reacciones dentro del Partido Republicano sobre esta polémica rompen con la línea hasta ahora, ampliamente asumida, de ignorar cada vez que Trump protagonizaba algún tipo de polémica.

Ante esta posibilidad de ser de nuevo candidato republicano para la cita de 2024, el senador Mitt Romney ha expresado que episodios como este imposibilitan a Trump para ser presidente de los Estados Unidos, según recoge el NBC. ​"No creo que tenga que ser el candidato de nuestro partido en 202 y en verdad no lo quiero colgante sobre nuestro partido como una gárgola", ha resuelto a Romney, para quien Trump está siempre dispuesto a "degradarse" a sí mismo y al país. En la misma línea se ha mostrado el gobernador de Arkansas, Ansa Hutchinson, para quien estos "muy preocupantes encuentros empoderan al extremismo". ​Hutchinson ha manifestado que no es una "buena idea" que un líder político como Trump, quien aspira a retornar a la Casa Blanca, se reúna con uno "racista y antisemita declarado", en vez de intentar alejarse de todo eso, ha dicho a la CNN. "Es muy preocupante y no tendría que suceder y tenemos que evitar empoderar a los extremismos", ha remarcado el gobernador republicano, para quien el ideal sería "disminuir" la fuerza de estos movimientos y no darles espacios.

La cena de Trump se convirtió en uno de los principales temas de la primera sesión del Senado de este lunes. "No tengo ni idea de lo que está pasando", dijo la vicepresidenta de los republicanos en el Senado, Joni Ernst, quién calificó el acto de "ridículo", un epíteto utilizado también por su compañera Shelley Moore Capito, quien reprochó a Trump no saber, cómo dijo, con quién estaba cenando aquella noche. "Tendría que saber con quién está cenando (...) Creo que es ridículo estar sentado con alguien que defiende tales puntos de vista", dijo Capito, quien subrayó que cada uno es responsable de sus propias acciones, en respuesta a los intentos de Trump para eludir su responsabilidad. "No creo que tenga que ser el candidato de nuestro partido en 2024 y en verdad no lo quiero colgante sobre nuestro partido como una gárgola", resolvió Romney, para quien Trump está siempre dispuesto a "degradarse" a sí mismo y al país.