La victoria del ecologista Alexander Van der Bellen (con el 53,3% de los votos) en las elecciones presidenciales de Austria sobre Norbert Hofer, del ultranacionalista y xenófobo Partido de la Libertad (FPÖ), da un respiro a la situación política europea. Algunos analistas hablan ya de efecto anti-Trump.

Hofer ha reconocido su derrota y ha felicitado a Van der Bellen, que ha aumentado su porcentaje de voto en todas las circunscripciones con respecto a las anteriores elecciones de mayo, invalidadas por el Trbunal Constitucional.

La derrota del populista FPÖ es importante. Estas elecciones eran una prueba de fuerza de las fuerzas anti-establishment de Europa después de la elección de Donald Trump y del Brexit. Su resultado "rompe la narrativa de que estos partidos populistas son imparables —al menos la frena. Eso rebaja la presión y el pesimismo sobre la dirección de Europa", dice Thomas Hofer, un analista político austríaco citado por el Financial Times.

El FPÖ, sin embargo, se marcha golpeado pero alegre. Su jefe de campaña, Herbert Kickl, ha dicho que el voto obtenido por el partido ha sido "histórico". Desde luego, está en la línea de las encuestas, que mantienen al FPÖ con muchas posibilidades de ser el primer partido de Austria en las elecciones parlamentarias de septiembre del 2018. El resultado de este domingo no les hace tanto daño.

Impacto europeo

Esta elección, de momento, impacta muy directamente sobre la vecina Alemania, que celebra el año que viene elecciones generales en medio del auge de Alternativa para Alemania (AfD), el nuevo partido populista de derecha radical.

Francia mira con especial atención a Austria de cara a las elecciones presidenciales del 2017, en las que la candidata del Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, gran amiga del FPÖ y de su líder, Heinz-Christian Strache, parece que llegará al segundo y decisivo turno electoral. FN y FPÖ son partidos nacionalistas veteranos en Europa y han seguido una evolución parecida, desde la xenofobia ultra al populismo nacionalista.

A todo esto hay que añadir la sombra de dos presidentes de características parecidas: Vladímir Putin en Rusia y Recep Tayyip Erdogan en Turquía.

Putin controla el suministro de gas en el centro y el este de Europa, promueve el conflicto de Ucrania e intriga en las repúblicas bálticas. También es uno de los financiadores más generosos de los partidos populistas en Europa, singularmente del FN.

Por su parte, Erdogan tiene en sus manos el grifo de los refugiados que quieren llegar a Europa huyendo de las guerras de Siria e Iraq. El argumento de la "invasión de inmigrantes" es uno de los principales motores del voto a favor de los partidos xenófobos.

Van der Bellen será el segundo presidente ecologista de Europa después de Raimonds Vējonis, de Letonia.

Irregularidades

Las presidenciales austríacas tuvieron que repetirse después de que el FPÖ impugnara las de mayo pasado, ganadas por una diferencia de menos de un punto por Van der Bellen. El Tribunal Constitucional austríaco ordenó la repetición por irregularidades formales en el recuento del voto por correo.

Al reconocer la derrota, Hofer ha escrito en su Facebook: "Felicito a Alexander Van der Bellen por su éxito y pido a todos los austríacos que continúen unidos y trabajen juntos. Todos somos austríacos, no importa cómo hayamos decidido en las urnas. Queridos amigos, os doy las gracias, me habéis apoyado de forma maravillosa y estoy infinitamente triste de que no haya funcionado esta vez. Me habría encantado cuidar de nuestra Austria", agrega.