Durante estos más de dos meses de guerra, la élite rusa ha sido caracterizada por el apoyo al régimen de Vladímir Putin o el silencio. Esta unidad en torno al presidente, sin embargo, se empieza a hundir y cada vez hay menos oligarcas dispuestos a callar ante un aumento de las sanciones económicas europeas. Las encuestas, eso sí, reflejan un apoyo abrumador de la sociedad rusa a la invasión militar, allí conocida como "campaña", por la fuerza de la propaganda estatal que y las leyes que prohíben las críticas. Así y todo, ya se han empezado a levantar las primeras voces desde los sectores más acomodados, según recoge The Washington Post. Estas provienen, principalmente, de las élites pre-Putin, es decir, aquellas que hicieron fortuna antes de que este llegara al poder. Según el medio norteamericano, las sanciones de occidente sobre la economía rusa, que podrían intensificarse en los próximos días o semanas si la guerra sigue su curso, han congelado miles de millones de dólares de los magnates rusos, que no pueden acceder a su dinero. "En solo día han destruido lo que nos ha constado años construir. Es una catástrofe", confiesa un empresario que participó en una reunión con Putin el día de la invasión, acompañado de los hombres más ricos de su país.

"Lo perderemos todo"

En este contexto, hasta cuatro oligarcas que se enriquecieron durante la era de Boris Yeltsin, a quien Putin relevó en el poder de Rusia, han abandonado su país, aunque la cifra podría ser mucho más alta, ya que también cuatro a los funcionarios han seguido sus pasos después de renunciar a su cargo. Entre ellos, está Anatoly Chubais, enviado especial del Kremlin por el desarrollo sostenible durante la época Yeltsin. Siempre protegidos por el anonimato, delante de las represalias que podrían sufrir, los multimillonarios expresan su sorpresa ante la actitud de Putin, a quien ven cada vez más aislado e impotente. Las quejas que se habían hecho públicas se silencian y se centran sobre todo en la respuesta económica que propone el gobierno ante las sanciones, nadie ha criticado directamente la figura del presidente.

Aquel día, los 37 ejecutivos más ricos del país fueron citados por el kremlin para reunirse con Putin, horas después de que empiezas la guerra el 24 de febrero. Muchos de ellos estaban "deprimidos y conmocionados", según uno de los asistentes, que lo resume así: "Todos estábamos de un humor terrible, estábamos fatal, nunca los había visto tan aturdidos como entonces". Otro de los asistentes asegura en el Puesto que había que ni siquiera podían hablar. Una vez allí, como suele pasar con Putin, los hicieron esperar durante más de dos horas, cuando apareció al hall del Kremlin. Estuvo entonces, en plena discusión con el líder, cuando se dieron cuenta de que aquel sería el principio del fin de sus imperios comerciales ante la avalancha de sanciones: "Lo perderemos todo", comentó uno de los asistentes en la reunión.