Ya hace un año que Armenia y Azerbaiyán llegaron a un acuerdo de paz que ponía fin a lo que ya se ha bautizado como la II Guerra de Nagorno-Karabaj, la cual enfrentó ambos países por el territorio que forma la República de Artsaj. Después de seis semanas de enfrentamientos, la ofensiva de Azerbaiyán obligó al gobierno armenio a pedir un alto al fuego después de perder el 70% del territorio. Ereván controlaba desde los 90 este territorio históricamente armenio pero reconocido internacionalmente como parte de Azerbaiyán después que Stalin lo cediera por decisión personal.

¿Pero cuál es la situación un año después? Pues se podría decir que tensa, dolorosa y, muy probablemente, inacabada. Y es que desde el alto al fuego, las acusaciones mutuas entre ambos países, el intercambio de ataques militares y la destrucción de patrimonio siguen marcando el día a día de miles de personas. Especialmente, las que viven en el territorio de Nagorno-Karabaj.

Evolución día a día de todo el conflicto durante el año 2020

Miles de desplazados

La guerra provocó que 40.000 armenios que vivían en los territorios actualmente ocupados por Azerbaiyán se marcharan a Armenia, acogidos por familiares o casas del Estado. Por otra parte, hay todavía 80.000 personas que viven en lo que queda de la República de Artsaj, que es su capital, Stepanakert, y los alrededores; en total un área de 3.500 km2.

"A pesar de todas las dificultades y el sufrimiento durante la guerra, el pueblo de Nagorno-Karabaj se mantiene firme en la voluntad de defender sus intereses nacionales y su derecho de vivir en el país de sus abuelos y bisabuelos y de criar a sus hijos allí", explica a ElNacional.cat Sarkis Hakobyan, presidente de la Asociación Armenia en Catalunya (Ararat) y joven embajador de la diáspora armenia en España, que hace menos de un mes viajó a Stepanakert y pudo conocer de primera mano cuál es la situación actual.

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Un hombre anda por Stepanakert, la capital de la República de Artsaj / Foto: Europa Press

"Ninguno de mis amigos ha expresado su voluntad de emigrar a otro país en busca de una vida mejor. Confían en que algún día llegará la paz definitiva y el reconocimiento internacional de la República de Artsaj", explica añadiendo que "bajo ninguna jurisdicción se puede imaginar el territorio de Nagorno-Karabaj bajo control del Azerbaiyán con un estatus especial de autonomía". "El pueblo de Artsaj quiere vivir con seguridad y eso sólo es posible con la unión a Armenia o como un Estado independiente", reivindica.

Incursiones y bajas

A pesar del alto al fuego, forzado por Rusia, país que tiene relaciones con ambos países, lo cierto es que en el último años se han producido incursiones de tropas azerbaiyanas en territorio armenio, como la que mantiene una alta tensión todavía ahora a ambos lados del Lago de Sev Lich, y que se ha extendido a las provincias de Syunik y Gegharkunik.

Desde el inicio de esta ofensiva de Azerbaiyán han muerto ocho militares armenios, seis han sido capturados y 39 heridos. Por parte de Azerbaiyán, han sufrido dos bajas y tres heridos. Este martes, un civil armenio fue abatido y tres más fueron heridos también por tropas azerbaiyanas, según denunció el gobierno armenio.

Estas cifras se multiplican si hablamos de todo el conflicto. Por parte de Armenia, las bajas fueron de 4,065 efectivos, y hay 11.000 heridos, 231 desaparecidos y más de una sesentena capturados. También murieron 88 civiles. Por parte de Azerbaiyán, su ejército perdió casi a 3.000 soldados, 14 fueron capturados y seis están desaparecidos. También cayeron en combate más de 500 mercenarios sirios enviados por Turquía desde el Kurdistán ocupado.

¿Qué pasa en territorio ocupado?

Ya no queda ningún armenio en los territorios en que Azerbaiyán ha ocupado, así que el país se ha apresurado a poblarlo tanto con los mercenarios sirios que lucharon para conquistarlos -muchos de ellos son yihadistas e islamistas que habían formado parte del Daesh o de otras organizaciones fundamentalistas- y por civiles azerbaiyanos, según denuncia Hakobyan.

Según algunos vídeos publicados en las redes, efectivos de Azerbaiyán han destruido el patrimonio cultural e histórico armenio del territorio, como las cruces jachkars, declaradas patrimonio mundial de la humanidad por la UNESCO, además de escuelas, esculturas y centros culturales.

Sin embargo, el mismo Hakobyan avisa que "Armenia no considera el conflicto resuelto con el uso de la fuerza, sino que la solución definitiva tiene que ser sólo mediante los acuerdos del grupo de Minsk de la OSCE: una solución pactada y dialogada que respete el derecho del pueblo armenio de vivir a sus tierras".

Hakobyan también explica que Turquía está instalando bases militares en los territorios ocupados, cosa que incomoda a países como Rusia e Irán, que a pesar de querer la paz en la región, no están dispuestos a ver como el régimen de Erdogan aumenta su influencia en la zona. Además, preocupa especialmente al régimen de los ayatolá el arsenal israelí que utiliza al ejército azerbaiyano a pocos kilómetros de su frontera.

¿Qué se puede esperar en el futuro?

Por ahora, no parece que ninguno de los dos países quiera reanudar la vía bélica. Sin embargo, la situación en Ereván y Bakú son bien diferentes. Mientras en esta última el aniversario del fin de la guerra se convirtió en una auténtica fiesta de conmemoración, en la capital armenia volvieron a producirse manifestaciones contra el gobierno, al cual responsabilizan de la derrota con Azerbaiyán.

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Tropas azerbaiyanas celebran el aniversario de la invasión de Nagorno-Karabaj / Foto: Efe

 

Imagen principal: un soldado armenio contempla las ruinas provocadas por la guerra / Foto: Europa Press