Obras de Picasso, Rembrandt y Warhol, entre otros, podrían ser engullidas por el ácido si el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, muere en la prisión, esta es la amenaza del artista disidente ruso Andrei Molodkin. De hecho, es mucho más que una amenaza, es un proyecto artístico en sí mismo que Molodkin ha bautizado como Dead Man's Switch (El interruptor del hombre muerto, en castellano).

Dentro de una caja fuerte el artista ha cerrado un total de 16 obras de varios artistas dadas por otros artistas y coleccionistas, se calcula que su valor se eleva hasta los 40 millones de dólares. Si Assange muere en prisión, dentro de esta caja fuerte se pondrá en marcha una reacción química con ácido, si es puesto en libertad, las obras volverán a sus propietarios.

"No estoy intentando destruir el arte, y no creo que lo tenga que hacer", ha afirmado Molodkin en el diario británico The Guardian. El artista defensa que su proyecto en sí mismo una obra de arte colaborativa, comparándola a una escultura o un retrato. En propósito en sí de este proyecto va más allá del mismo Assange, según apunta Molodkin. El artista quiere abrir el debate sobre por qué "destruir la vida de las personas no significa nada, pero destruir el arte es un gran tabú en el mundo".

Otras peticiones para liberar Assange

El pasado martes, Amnistía Internacional (AI) pidió la liberación de Julian Assange ante el próximo juicio de extradición en los Estados Unidos, que lo reclama por|para 18 delitos de espionaje e intrusión informática con posibles penas de hasta 175 años de prisión.

La portavoz de AI sobre justicia criminal, Julia Hall, instó a Washington a retirar los cargos y permitir la salida en libertad del fundador de WikiLeaks, que está a la prisión preventiva en la prisión de alta seguridad londinense de Belmarsh desde el 11 de abril del 2019. Assange afronta los días 20 y 21 de febrero la recta final de su proceso judicial en el Reino Unido, cuándo, después de escuchar las partes, el Tribunal Superior decidirá si lo autoriza a seguir recurriendo en este país.

Si no es así, el informático australiano podría ser extraditado por el Gobierno británico o sus abogados elevarán el caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Hall afirmó que la entrega de Assange por las revelaciones de su portal -que en el 2010 expuso presuntos crímenes de guerra de los EE.UU. al Iraq y Afganistán- "pondría en riesgo todos los editores y periodistas de investigación del mundo".