Los últimos ataques yihadistas en Alemania perpetrados este julio han encendido todas las alarmas. Primero fue un joven afgano que se lanzó con un hacha y un cuchillo contra los pasajeros de un tren regional y causó cinco heridos. Después fue un refugiado sirio que detonó la bomba que llevaba en la mochila y con la que pretendía acceder a un festival al aire libre.

Ante estos hechos y la alarma social que se ha generado por los ataques terroristas que desde hace meses tienen lugar en Europa, Alemania estudia implementar medidas de seguridad más duras para evitar nuevos ataques. El partido conservador de la canciller alemana, Angela Merkel, busca fórmulas para detectar al yihadista oculto en el colectivo de refugiados.

"Hay que hacer todo el posible para mejorar la seguridad", bajo este pretexto el ministro de interior, Thomas de Maizière, ha presentado un plan para hacer frente. Levantar el estricto secreto médico para identificar asilados con tendencias suicidas, agilizar la expulsión de los que delincan o sean una amenaza para el país y mejorar la vigilancia sobre el mercado negro de armas, son algunas de las propuestas presentadas.

Este "catálogo de propuestas", tal como lo ha denominado Maizière, es un texto de 16 páginas que prevé crear nuevas normas y endurecer las existentes y dar una respuesta a la situación evidenciada por los ataques yihadistas de Würzburg o Ansbach (Baviera), ambos cometidos por refugiados.

Declaración de Berlín

El catálogo de propuestas de De Maizière coincide en bastantes puntos con el borrador del renombre 'Declaración de Berlín', filtrado ayer por los medios, que será abordada por el ministro y sus colegas de los "Länder" gobernados por la CDU en una reunión convocada para los 18 y 19 de agosto.

De Maizière, sin embargo, se ha distanciado hoy del punto relativo a restringir o incluso suprimir el acceso a la doble nacionalidad, "el sistema actual funciona y no hay motivo para reabrir esta discusión", dijo. Sin embargo, admitió que otro punto defendido por sus correligionarios, la prohibición del burka y otras formas de velo islámico integral, es difícil de imponer, aunque sí que lo hayan hecho otros países europeos.

"No se puede prohibir todo lo que se rechaza. Yo mismo rechazo el uso del burka", afirmó Maizière, después de destacar que le resulta "preocupante" utilizar estas piezas en lugares públicos.

Popularidad de Merkel

Los dos ataques a Baviera de este verano dispararon las alarmas y también pusieron en duda la popularidad de la canciller Angela Merkel y de su capacidad de gestión ante este tipo de amenazas.

De hecho, la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), formación hermanada en la CDU y hegemónica en Baviera, elevó sus exigencias de imponer límites a la acogida de refugiados, cuestión que Merkel rechaza. No es el único frente problemático para la canciller, de hecho, un reciente sondeo de la televisión pública alemana reflejó una fuerte caída de popularidad de la canciller, mientras la seguridad es ahora la gran fuente de preocupación del ciudadano en este país.