El Reino Unido está inmerso en la campaña para el Brexit, el referéndum en que los británicos tendrán que decidir si quieren marcharse o no de la Unión Europea. Y, como todas las campañas, tiene sus salidas de tono. Hoy lo ha protagonizado Boris Johnson, el hasta hace pocas semanas alcalde conservador de Londres, y ahora, uno de los máximos exponentes de la campaña para marcharse de la UE.

Johnson ha comparado los objetivos de la UE a los de Hitler, diciendo que los dos tienen la intención de unificar Europa bajo una única "autoridad". "La UE quiere un superestado, igual que quería a Hitler", asegura.

En una entrevista en el diario británico Sunday Telegraph, Johnson ha asegurado que la historia de Europa ha vivido varios intentos de devolver a "la edad de oro, paz y prosperidad de los romanos". De esta manera, el exalcalde de Londres, ha sentenciado que tanto Napoleón como Hitler habían intentado volver en esta época y habían fracasado, y ha añadido, sin embargo, que ahora la UE también lo intenta "mediante otros métodos". 

Estas declaraciones han levantado bastante polvareda en el Reino Unido, pero no todas negativas. Mientras que los laboristas han puesto el grito en el cielo y lo han acusado de juego sucio y desagradable, el líder del partido euroescéptico UKIP, Nigel Farge, ha apostado por él como primer ministro del Reino Unido. A pesar de ser de partidos diferentes, Farge se ha declarado como un fan de Boris Johnson en una entrevista al Mail on Sunday

Johnson dejó de ser alcalde de Londres en las elecciones del pasado cinco de mayo, donde ya no se presentaba como candidato para el partido conservador en esta ciudad. Su mirada ahora, está al 10 de Downing Street, y muchos ya lo ven como primer ministro del país si el actual, David Cameron, dimite después del referéndum del 23 de junio, en caso de que los británicos decidieran marcharse de la Unión Europea.

Cameron y Johnson, a pesar de ser los dos del partido conservadores, tienen posiciones contrarias sobre el Brexit y cada uno encabeza una campaña. Cameron, a favor de la UE, y Johnson, en contra. A estas alturas, las dos opciones están muy ajustadas, según las encuestas.