Washington ha sido este viernes el escenario donde los gobiernos de la República Democrática del Congo y Ruanda han firmado un histórico acuerdo de paz que pone fin a años de conflicto, con miles de muertos y centenares de miles de personas desplazadas. Reunidos en la Casa Blanca este viernes, los ministros de Asuntos Exteriores de las dos naciones africanas han oficializado el cese de los ataques gracias, en parte, a la mediación de los Estados Unidos y Qatar. "Creemos que se ha llegado a un punto de inflexión con la República Democrática del Congo", ha dicho la máxima autoridad diplomática de Ruanda, Olivier Nduhungirehe, durante la firma.
WATCH: @SecRubio joins officials from Rwanda and Democratic Republic of the Congo as they sign the historic peace agreement brokered by the Trump Administration. pic.twitter.com/RzJxIYKdha
— Rapid Response 47 (@RapidResponse47) June 27, 2025
"Este pacto es el punto de partida, no el objetivo final. Hoy hemos elegido la paz. Lo importante ahora es protegerla y demostrarle a nuestro pueblo y al mundo que, incluso en una región marcada por profundas cicatrices, la dignidad y la cooperación pueden prevalecer. Así pues, ahora comienza realmente nuestra labor", ha dicho la ministra de Asuntos Exteriores congoleña, Thérèse Kayikwamba Wagner. El 18 de junio se había sellado a nivel técnico este acuerdo de paz basándose en los compromisos alcanzados el 25 de abril.
En la misma sintonía, Nduhungirehe ha añadido que hoy comienza una nueva etapa: "Con este acuerdo abrimos un nuevo capítulo que exige no solo compromiso, sino también la valentía para llevarlo a cabo". "Al firmarlo, reafirmamos una verdad simple: la paz es una elección, pero también la responsabilidad de respetar el derecho internacional, defender los derechos".
El acuerdo alcanzado recoge una serie de disposiciones clave destinadas a garantizar la estabilidad y reconciliación en la región. Entre los puntos más destacados se encuentra el compromiso con el respeto a la integridad territorial de los estados firmantes y la prohibición expresa de cualquier acto de hostilidad. También se establece la necesidad de separar a los grupos armados no estatales, proceder a su desarme y contemplar su integración condicional en las estructuras nacionales. Asimismo, se crea un Mecanismo Conjunto de Coordinación de la Seguridad para supervisar la aplicación de estos acuerdos y se garantiza el acceso humanitario a las zonas afectadas, así como la facilitación del retorno seguro y digno de los refugiados y desplazados internos.
En este sentido, Nduhungirehe hizo hincapié en la cooperación entre ambas naciones, un aspecto que, a su juicio, es clave a la hora de mantener la paz. "Se ha llegado a un punto de inflexión. Ruanda está dispuesta a trabajar con la República Democrática del Congo para cumplir con nuestros compromisos", ha declarado antes de expresar que espera con ganas la llegada de los líderes de ambas naciones africanas a Washington para dejarlo todo cerrado. "Estamos deseando tener la presencia de los jefes de Estado de ambos países aquí en Washington dentro de unas semanas para finalizar el protocolo, pero hoy es un paso importante en esta dirección"
Minerales por Estados Unidos
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha celebrado el acuerdo de paz, destacando los beneficios económicos para su país. En declaraciones previas a la firma, el mandatario ha revelado que "los Estados Unidos obtienen muchos derechos sobre los minerales del Congo" como parte del pacto. Pese a reconocer que no era un experto en el conflicto —“me queda un poco mayor este tema, porque no sabía mucho”—, Trump ha remarcado que conocía el contexto bélico que durante años ha enfrentado a los dos países africanos “con machetes”. "Pero lo más importante es que ahora estamos consiguiendo muchos derechos minerales para los Estados Unidos", ha remachado.
Trump: "Rwanda and the Congo. I'm a little out of my league with that one, because I didn't know too much about it. I knew one thing -- they were going at it for many years with machetes ... we're getting for the United States a lot of the mineral rights." pic.twitter.com/mRBF73b4e0
— Aaron Rupar (@atrupar) June 27, 2025
Los analistas consideran que el acuerdo entre la República Democrática del Congo y Ruanda podría marcar un punto de inflexión después de décadas de inestabilidad, pero advierten que no implicará necesariamente un cese inmediato de la violencia. El conflicto, arraigado en las tensiones étnicas y la lucha por el control de los abundantes recursos naturales, se remonta a los años noventa, cuando el genocidio en Ruanda y la caída de Mobutu Sese Seko provocaron una espiral de guerras civiles en el país vecino. Las dos guerras del Congo, entre 1996 y 2003, implicaron a numerosos países africanos y han sido descritas a menudo como la “Gran Guerra de África”. Más recientemente, a finales de enero pasado, el conflicto se agudizó cuando el grupo rebelde M23, con apoyo de Kigali, tomó la ciudad de Goma, capital de Kivu del Norte, y en febrero ocupó Bukavu, en Kivu del Sur, dos zonas estratégicas ricas en minerales.