Casi 7.000 científicos, matemáticos y académicos rusos han firmado una carta abierta dirigida al presidente ruso, Vladímir Putin, para protestar de forma "enérgica" contra su guerra a Ucrania, y pedir que se detenga. El pronunciamiento ha coincidido con el hecho de que las sanciones adoptadas por la comunidad internacional ya han afectado a una serie de iniciativas científicas, incluida la Estación Espacial Internacional y una misión ruso-europea que estaba prevista para aterrizar un rover en Marte. "Nosotros, científicos y periodistas científicos rusos, protestamos firmemente contra la invasión militar de Ucrania lanzada por las fuerzas armadas rusas", dice la carta abierta publicada al diario trv-science.ru. Los firmantes se están arriesgando a una multa o a una pena de prisión, después de que las autoridades rusas han aprobado en los últimos años una legislación que les permite actuar contra los ciudadanos que critican el gobierno. Y el Parlamento ruso ha dado luz verde esta semana a otro proyecto de ley que endurece el castigo para criticar la guerra en Ucrania.
"Los valores humanistas son la base sobre la cual se construye la ciencia. Los muchos años dedicados a reforzar la reputación de Rusia como centro líder de las matemáticas se han borrado completamente", dice la carta, que explica que el Congreso Internacional de Matemáticos, que Rusia tenía que acoger en julio, se ha cancelado a causa de la invasión de Ucrania. En la misiva, los científicos afirman que Rusia es "el agresor militar y, en consecuencia, un estado canalla". A su entender, ser una gran nación científica "no se puede conseguir en las condiciones actuales, cuando|cuándo las vidas de nuestros colegas más próximos, los matemáticos de Ucrania... están en peligro a causa del ejército ruso". "Rusia se encuentra en una situación de aislamiento internacional, sin la posibilidad de hacer intercambios científicos en profundidad o trabajar con científicos de otros países", lamenta la carta. "Estamos convencidos de que ningún interés geopolítico puede justificar esta muerte y derrame|vertido de sangre. La guerra sólo llevará a la pérdida total de nuestro país", advierten.
Coincidiendo con esta situación, Alemania y Francia han empezado a confiscar yates de magnates rusos que están amarrados en su país, cosa que España todavía no hace. El gobierno alemán ha confiscado el yate Dilbar, propiedad del multimillonario Alisher Usmanov y valorado en 600 millones de dólares, en Hamburgo. El barco se encuentra en los astilleros de Hamburgo de la constructora naval alemana Blohm+Voss desde finales de octubre para un trabajo de reparación. El gobierno alemán ha congelado el activo y los empleados de la empresa de reparación ya no se presentaron a trabajar el miércoles, según informa Forbes. Por su parte, el gobierno francés ha confiscado el yate Amore Vero de la cabeza|cabo|jefe de la empresa Rosneft, Igor Sechin, cuando intentaba salir del puerto de La Ciutat, en la Provenza, en incumplimiento de las sanciones de la UE contra los oligarcas rusos, según ha anunciado el ministro de Finanzas, Bruno Le Maire.