El número de muertes por las lluvias torrenciales en Japón ha ascendido este martes a al menos 127 y otros 60 continúan desaparecidas después de que las inundaciones forzaran a millones de personas a abandonar sus hogares.

Las autoridades de Hiroshima, la zona más afectada, han ordenado la evacuación de las personas que viven en la ciudad de Fuchu y que se mantengan alejadas del río Enoki, que se ha desbordado, según ha informado la cadena japonesa NHK.

Según los últimos datos, en Hiroshima hay un total de 44 muertos, mientras que en Okayama se han registrado 28 muertos y 25 más en Ehime. Asimismo, se han registrado víctimas mortales en otras nueve jefaturas.

Más de 120 muertos y 60 desaparecidos

La situación ha llevado al primer ministro del país, Shinzo Abe, a cancelar una gira en el extranjero en la cual tenía previsto visitar Bélgica, Francia, Arabia Saudí y Egipto. Abe tenía previsto iniciar el viaje este miércoles.

Los equipos de rescate japoneses han cavado entre los escombros para encontrar supervivientes después de que las lluvias torrenciales provocaran inundaciones y deslizamientos del suelo.

La lluvia ha disminuido en toda la región occidental afectada y ahora se pronostican temperaturas superiores a 30 grados, por este motivo se teme que provoque insolaciones en áreas que están aisladas de electricidad o agua.

Más de 12.500 personas no tenían electricidad este lunes, según han informado las compañías eléctricas, y decenas de miles no tienen agua.

Afectaciones en el servicio de luz, agua, gas y diésel

Las industrias también se han visto afectadas, como Mazda Motor Corp, que se ha visto obligado a cerrar este lunes su oficina central en Hiroshima. El fabricante de automóviles suspendió las operaciones en varias plantas a causa de las lluvias de la semana pasada.

Las refinerías y terminales petroleras no se han visto afectadas, pero las carreteras han bloqueado el acceso limitado a una gasolinera de Showa Shell en la ciudad, hecho que ha provocado escasez de gas y diésel en las zonas próximas.

Se ha establecido un centro de gestión de emergencias en la oficina del primer ministro, con cerca de 54.000 miembros de equipos de rescate, de los departamentos militares, policiales y de bomberos desplegándose en todo el oeste y suroeste del país.