La pasta de dientes no solo sirve para tu higiene dental. Es una aliada práctica para la limpieza del baño, económica y eficaz. Mantiene los grifos cromados relucientes, elimina la cal y las manchas de agua, y aporta un aroma fresco. Aplicarla una o dos veces por semana garantiza resultados visibles. Con este sencillo truco, tu baño se mantendrá impecable y brillante, ahorrando tiempo y dinero en productos especializados.

Mantener el baño limpio puede ser un desafío diario. Incluso si no tienes grifos negros, los cromados pueden acumular cal y manchas de agua difíciles de eliminar. La buena noticia es que la solución no siempre requiere productos químicos caros ni agresivos. Un truco casero puede marcar la diferencia: la pasta de dientes.

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Pasta de dientes

La pasta de dientes puede servir para algo más que para mantener la dentadura blanca y sana

Sí, la misma que usas para tus dientes. Su composición ligeramente abrasiva y su frescura ayudan a eliminar suciedad y depósitos de cal. Es ideal para grifos, cabezales de ducha y manijas. Aplicarla no podría ser más fácil. Basta con poner un poco en un paño húmedo, frotar suavemente sobre la superficie y enjuagar con agua tibia.

El resultado es inmediato. Los grifos brillan, sin marcas de agua ni manchas visibles. Además, la fragancia de menta deja el baño fresco. Olivia Young, experta en limpieza y científica en Astonish, asegura que la pasta de dientes es un multiusos sorprendente. También funciona en lavabos, bordes de bañeras e incluso en superficies de metal pequeñas.

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La pasta de dientes es un pulidor inesperado

Este método es especialmente útil si tu agua es dura. La cal se acumula rápidamente y los limpiadores comunes no siempre la eliminan por completo. La pasta de dientes actúa como un pulidor suave, eliminando depósitos sin dañar el cromado. Además, evita los productos químicos fuertes que pueden irritar la piel o dañar otros materiales del baño.

En cuanto a la frecuencia, no hace falta aplicarla todos los días. Para mantener la grifería en perfecto estado, es suficiente con un tratamiento semanal o quincenal. Si los grifos están muy sucios o con marcas persistentes, se puede repetir el proceso dos veces por semana hasta que queden relucientes. Después, basta con mantenerlos limpios con un paño seco tras cada uso.

Otro consejo de los profesionales es combinar la pasta de dientes con un cepillo suave para zonas difíciles, como alrededor de las rosetas de los grifos o juntas pequeñas. La técnica no requiere esfuerzo excesivo. Frotar suavemente y enjuagar asegura un acabado brillante y protegido. Incluso puedes aprovechar para limpiar cabezales de ducha y accesorios cromados, manteniendo un baño impecable sin productos costosos.