Estás esperando que lleguen las vacaciones para romper con la rutina del trabajo y hacer aquel viaje que tanta ilusión te hace, y, de repente, te pones enfermo. Aunque es posible que simplemente tengas muy mala suerte, es bastante frecuente enfermar justo cuando nos marchamos de vacaciones, y todo tiene una explicación. En La Tumbona de ElNacional.cat te explicamos los motivos detrás de esta desgraciada situación y cómo evitarla.

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¿Por qué nos ponemos enfermos cuando llegan las vacaciones?

Enfermar cuando empieza el periodo vacacional puede ser una casualidad, pero en algunos casos es un patrón que se repite continuamente. Así, si eres una persona que solo se pone enferma los fines de semana o cuando empieza las vacaciones, podrías estar sufriendo "la enfermedad del ocio". No se trata de una enfermedad como tal, sino más bien de un fenómeno que se da en algunas personas y que los psicólogos Ad Vingerhoets y Maaike van Huijgevoort definieron el año 2001. Los "síntomas" de esta enfermedad pueden incluir, por una parte, coger infecciones como la gripe o un resfriado, y, por otra parte, dolores de cabeza, migrañas, fatiga o dolor muscular.

Sin embargo, no todo el mundo es susceptible de sufrir la "enfermedad del ocio". Precisamente aquellas personas más comprometidas y responsables con el trabajo son más propensas a encontrarse mal cuando dejan el entorno laboral, un hecho que tiene varias explicaciones. Una de las opciones es que durante un largo periodo de tiempo hemos acostumbrado a nuestro cuerpo a unos periodos de estrés elevados, que a menudo se incrementan todavía más en la recta final antes de las vacaciones, cuando queremos acabar las tareas pendientes para quedar libres de responsabilidades. Los periodos prolongados de estrés hacen que la segregación de hormonas como el cortisol o la adrenalina se mantenga en un nivel elevado de forma constante, hecho que a la larga tiene consecuencias perjudiciales sobre el organismo y nos hace más vulnerables delante de virus.

También es posible que haga más tiempo que arrastramos alguna afección o malestar, pero precisamente por el hecho de estar centrados en el trabajo y sometidos al estrés, ignoremos las señales de nuestro cuerpo y continuemos trabajando, en los peores casos, incluso automedicándonos. Entonces, en el momento que finalmente dejamos al cuerpo descansar, es cuando todas estas señales que hemos ignorado se hacen evidentes en forma de enfermedad. Otra posibilidad es que tengamos dificultades para adaptarnos a los cambios que suponen las vacaciones. En este periodo es posible que adoptemos hábitos menos saludables, como beber más alcohol o seguir una dieta más pobre. Si estamos acostumbrados a seguir una rutina, cambiarla de repente puede tener un impacto negativo en nuestro organismo que nos haga propensos a enfermar.

¿Cómo evitar ponernos enfermos durante las vacaciones?

Más vale prevenir que curar, y esta será la clave para evitar enfermar durante el periodo de vacaciones. En la medida de lo posible, tenemos que intentar ser conscientes del nivel de estrés que soportamos durante el año y vigilar que no sea demasiado elevado durante una temporada larga y que se intensifique justo antes de marcharse de vacaciones. Las claves en este sentido es seguir una dieta saludable, respetar las horas mínimas de sueño y mantener una buena hidratación, intentando beber agua antes que litros de cafeína. Otra buena opción para reducir el estrés es hacer meditación y aprender técnicas de respiración.