Burdeos tiene una larga historia que se remonta a la época de los pueblos indígenas de la antigüedad europea. Hacia el 500 a.C., bajo el actual núcleo histórico —denominado Quartier de San Pedro— se desarrolló una ciudad que las fuentes documentales de la época identifican como Burdigala. Y según buena parte del mundo académico —filólogos, arqueólogos— este topónimo significaría “Fundición de Hierro” en lengua protovasca. No olvidemos que, antes de la llegada de los romanos a la península— los vascos ocupaban un extenso espacio a caballo entre los Pirineos, entre la Cerdanya y el Baztan, y al llegar a la costa cantábrica se esparcían por la línea de la costa, desde la ría del Nervión hasta la desembocadura del Garona.

Burdeos. Quartier de los Capuchinos / Foto: Pinterest

Pero el protagonismo de Burdeos, en el contexto internacional, no llegaría hasta pasados más de una docena de siglos. Superado el año 1000 de nuestra era, Burdeos se convierte en la cuna y el podio de Leonor de Aquitania (siglo XII), la mujer más poderosa de la edad media europea, y de su descendiente, el misterioso Príncipe Negro. Posteriormente, durante la Era de las Navegaciones (siglos XV en XVIII), sería uno de los grandes puertos de entrada de productos americanos, africanos y asiáticos en el continente europeo. Y, finalmente, durante el Siglo de Oro francés (siglo XVIII), se convertiría en el principal centro financiero mundial de la industria vitivinícola. De aquella época fecha el trazo urbanístico y arquitectónico que hace de Burdeos una pequeña París.

Y todo eso es lo que vamos a “descubrir”. Una deliciosa ciudad reposada sobre un codo del majestuoso Garona —navegable hasta la desembocadura— que se explica a través de un cielo de colores pastel que ha estado inspiración de pintores, del inmenso azul del Garona que, próximo al mar, se desplaza majestuosamente y parsimoniosamente, de la piedra gris y beige de sus grandes edificios, del rojo burdeos de los toldos de las pequeñas bodegas a pie de calle y del vino que escucha, paciente, dentro de las copas las animadas conversaciones en estas terrazas. Vamos a comernos y a bebernos Burdeos: sus viandas, sus vinos, su historia, su cultura, saboreando la parsimonia de una ciudad que le ha ganado la batalla al tiempo.

Burdeos. Quartier de Chartrons / Foto: Pinterest

¿Cuándo vamos a Burdeos?

Del 3 al 6 de octubre de 2025.

¿Cómo vamos y qué haremos?

Viernes 3 de octubre de 2025

Volaremos a Burdeos desde Barcelona, y cuando lleguemos nos trasladamos —en un transporte privado— al establecimiento que nos alojará durante nuestra estancia-experiencia en la “perla del Garona”: el Aparte-Hotel Staycity Bordeaux (***) situado en el Quartier de los Capuchinos, el histórico barrio de los pescadores.

Acto seguido comeremos en algún restaurante de la zona histórica y, después, dedicaremos la tarde a “descubrir” las calles y callejuelas de la ciudad medieval y visitaremos los grandes edificios históricos que encontraremos: la majestuosa catedral gótica de San Andrés, la basílica gótica de San Pedro y la puerta medieval de la Grosse Cloche (la gran campana). Y también la parte más lujosa y paradigmática de la ciudad “ilustrada”, cuando Burdeos era la capital financiera mundial del vino: el antiguo puerto fluvial y las plazas del Parlamento y de la Bolsa.

Cenaremos, con quien quiera, en alguna bodega-restaurante del barrio histórico de San Pedro, actualmente un distrito con una excelente oferta gastronómica.

Burdeos. Quartier de San Pedro / Foto: Pinterest

Sábado, 4 de octubre

Este día “nos sumergiremos” definitivamente en la vida urbana y cultural de Burdeos. Por la mañana, cogeremos el tranvía y nos dirigiremos a la Cité du Vin, el mayor centro cultural vitivinícola del mundo, situado en el barrio bohemio de Chartrons.

En la Cité du Vin (un enorme edificio de vidrio con forma de decantador) —de la mano de una persona especializada— transitaremos a través de 18 espacios temáticos interactivos que “nos sumergirán” en la historia de la viña y de la producción del vino. En el transcurso de nuestra experiencia haremos una cata de vinos.

Posteriormente, comeremos en un restaurante del barrio de Chartrons. Y después de comer, cogeremos de nuevo el tranvía, y nos dirigiremos a la parte de atrás de la Cité du Vin.

Allí encontraremos un canal artificial construido durante la II Guerra Mundial (1939-1945) que fue la Base de Submarinos alemanes de Bacalan. Actualmente es “Les Bassins des Lumieres”, el centro de arte digital mayor del mundo, que presenta exposiciones digitales inmersivas monumentales dedicadas a los grandes artistas de la historia, que nos permitirán interactuar con los personajes y paisajes de la obra de estos artistas.

Después de esta insólita experiencia, cogeremos de nuevo el tranvía para regresar al centro histórico y, con quien quiera, cenar en alguna bodega-restaurante del barrio de San Pedro o de Capuchinos.

Burdeos. El tranvía llegando a la Cité du Vin / Foto: Pinterest

Domingo, 5 de octubre

Aprovechando que estamos en tiempo de vendimia, nos acercaremos, en tren, al pueblo de Sent Milion (Saint-Émilion, en francés), uno de los principales centros de producción vitivinícola del valle bajo del Garona. En Sent Milion “nos sumergiremos” en la cultura tradicional de la vendimia y de la producción del vino. Nos adentraremos en la bodega del Château Villemaurine —excavado en la roca—, y de la mano de una persona especializada haremos una cata y conoceremos la historia y la técnica del proceso de vinificación y de crianza.

Pero Sent Milion no es solo vino. Es también “el pueblo monolítico” de la Gascuña. Un sorprendente escenario urbano creado durante la edad media y excavado en la roca por razones defensivas y de conservación del vino. Pasearemos por sus misteriosas calles y nos adentraremos en el enigmático templo parroquial, totalmente excavado en la roca, y comeremos en una bodega-restaurante de la villa. Y no nos marcharemos sin hacer un trago de vino en una de las terrazas de la plaza de la Iglesia.

Sent Milion está en una zona rural donde se ha conservado, relativamente bien, el gascón —el dialecto occidental de la lengua occitana— En esta villa, aguzando el oído, tendremos ocasión de oír hablar en occitano e, incluso, intentar interactuar con los hablantes de esta lengua hermana.

A media tarde regresaremos, en tren, a Burdeos y, con quien quiera, cenaremos en alguna bodega-restaurante del barrio del Teatro.

Burdeos. Les Bassins des Lumieres / Foto: Pinterest

Lunes, 6 de octubre de 2025

Este día es la jornada destinada a la navegación. Después de desayunar nos embarcaremos en un barco fluvial en una ruta de casi dos horas, durante la cual podremos observar, con calma y parsimonia, la fachada urbana del río y los paisajes de ribera situados entre la ciudad y la desembocadura. Durante la navegación degustaremos un canelé (un bizcocho tradicional de Burdeos) y una copa de vino de una de las denominaciones de origen que alternan en el río.

Después de la navegación, comeremos en alguna bodega-restaurante de la parte histórica y, poco después, recogeremos las maletas y nos desplazaremos hasta el aeropuerto.

A media tarde iniciaremos el vuelo para llegar al aeropuerto de Barcelona a las 19:30.

Sent Milion / Foto: Fuente Pinterest

Consultad los precios y las condiciones en el programa adjunto.

Para reservar o pedir más información sobre este viaje, puede contactar con Viatge Viñolas i al correo electrónico elnacional@vinolas.com

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