Ahora que se acerca el frío y la montaña es uno de los destinos preferidos por muchos de vosotros, os queremos proponer que visitéis una de las ciudades más bonitas de la región de Occitania. Hablamos de Foix, pueblo situado en Ariège.

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El Castillo de Foix

Foix es una pequeña ciudad a los pies de los Pirineos, conocida por su encanto medieval y su imponente castillo. El Castillo de Foix, construido a finales del siglo X, domina el paisaje desde su colina rocosa. Originalmente, tenía solo una torre, pero con el paso de los siglos se le añadieron dos más —una de ellas redonda— que le dan el aspecto actual. Durante la edad media fue la residencia de los condes de Foix y posteriormente refugio de los cátaros. Hoy es un Monumento Histórico restaurado y abierto al público, con una zona museística que permite conocer la vida en la edad media. Si vais a Foix no podéis olvidaros de visitar este castillo, ya que es el monumento más icónico de esta preciosa localidad.

Aparte de la visita tradicional, el castillo ofrece una experiencia diferente: un juego de escape temático ambientado en la época de las cruzadas. La actividad propone resolver enigmas para encontrar un tesoro cátaro o, según la leyenda, el mismísimo Santo Grial. Es una manera original y lúdica de recorrer el museo, apta para familias y grupos de hasta cinco personas. Las sesiones se hacen principalmente en francés, pero es posible pedir otros idiomas, y es necesario reservar previamente.

El casco antiguo

Después del castillo, lo mejor es perderse por el casco antiguo de Foix, un laberinto de callejuelas estrechas, casas con entramado de madera y pequeñas plazas llenas de vida. Las calles de los Grandes Duques o la plaza Duthil son algunos de los puntos más pintorescos. Paseando por allí, es fácil encontrar tiendas de artesanía, mercados de productos locales y terrazas donde probar la gastronomía occitana. Cada viernes por la mañana, el mercado de Foix reúne a productores de la región que venden fruta, quesos, embutidos y otros productos típicos.

Otro lugar imprescindible es la abadía de Saint-Volusien, una iglesia gótica del siglo XII que creció bajo la protección de los condes de Foix. Destaca por su nave ancha, el coro poligonal y las nueve capillas rectangulares. El edificio, clasificado como Monumento Histórico desde 1964, ha sido restaurado varias veces y conserva restos de su estructura románica original. En la plaza que lleva su nombre, la plaza Saint-Volusien, se concentra buena parte de la vida local, con terrazas, pequeños comercios y mercados semanales. De este modo, si queréis llevaros un recuerdo de Foix podéis comprar algún detalle o recuerdo en alguno de estos comercios. 

Además, Foix es también una ciudad con una vida cultural muy viva. Uno de los eventos más conocidos es el Festival de Jazz de Foix, que se celebra cada julio desde hace más de veinte años. Durante varios días, la música llena las calles y las plazas con conciertos gratuitos y actuaciones al aire libre.