Históricamente, a los catalanes se nos ha considerado más bien tacaños. De hecho, se trata de un insulto que ya fecha del siglo XIV y que su origen es|está en la Italia medieval que vio con malos ojos la llegada de comerciantes y soldados catalanes. El florentino Dante Alighieri ya lo cita en su 'Divina Comedia': "Si mi hermano pudiera prever eso, evitaría la pobreza codicia de los catalanes, para no recibir ningún daño". El principal insulto de los italianos contra los catalanes iba en esta dirección, recordar que los catalanes tenían bastante rigidez en sus bolsillos. ¿Sin embargo, es del todo cierto? ¿Realmente los catalanes somos tan tacaños como dicen? Desde la sección de verano de la Tumbona de El Nacional.cat os podemos responder a esta pregunta.

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Un prejuicio de hace siglos

El hecho de que desde Italia empezaran a tildar a los catalanes de tacaños aterrizó en Castilla hacia el siglo XVIII. El aumento de comerciantes catalanes en Castilla empezó a despertar un malestar contra ellos por toda Castilla, tal como sucedió a Italia, donde la corona catalanoaragonesa aumentó la presencia de sus comerciantes hacia el siglo XIV.

Hay que recordar que Catalunya está y estaba en una situación geográfica de lo más privilegiada. Entonces, los comerciantes catalanes se habían vinculado sobre todo a la vocación marítima. Una línea que también siguieron sus hijos, hecho que provocó que también empezaran a comerciar por toda la península Ibérica. Los catalanes estaban caracterizados por su actividad comercial, mientras que los castellanos como funcionarios y abogados. En este contexto, los catalanes se convirtieron también en prestamistas, actividad nunca bien vista.

También se trata de una historia bastante parecida a la de los escoceses y judíos, ya que históricamente han sido vinculados al comercio y han ejercido de prestamistas por toda Europa.

Los tópicos

La pregunta hoy por hoy es si queda alguna cosa de todo siglos después de estos conflictos entre los catalanes y los castellanos e italianos. Quizás uno de los hechos más distintivos son las tapas. Mientras en Catalunya es difícil de beber una cerveza o un refresco acompañado de una tapa, por todo el Estado es bastante habitual. También es bastante habitual ver cómo cada uno se paga su parte cuando un grupo va a cenar, comer, desayunar o tomar una cosa.

Sin embargo, hay elementos que indican el contrario, como por ejemplo cada año en La Marató de TV3. Desde el 2010, los catalanes hemos ofrecido más de 8 millones de euros anuales para la Fundación para que los dedique a causas sociales. En cambio, la Gala Inocente, Inocente de Televisión Española nunca ha superado los dos millones y medio de euros. Otro ejemplo es la recogida de alimentos solidaria. En el 2015, Catalunya fue el primer territorio del Estado en este aspecto con más de cuatro millones de kilos recogidos. Asimismo, los catalanes comen fuera de casa más de tres veces por semana, según el Estudio de la Restauración en Catalunya. Hábitos de comportamiento y tendencias