Decepción y caras largas en la Nau Bostik. Otra vez, traspié de la CUP a las elecciones municipales en Barcelona. Este 28-M, el partido anticapitalista no ha conseguido el 5% necesario para entrar en el Ayuntamiento, y ha quedado fuera del consistorio de la capital catalana. La candidatura liderada por el activista y diputada en el Parlamento Basha Changue, con un total de 25.341 votos (el 3,8%), no ha conseguido mejorar los resultados de las fatídicas elecciones del 2019, cuando perdieron a todos sus concejales y, una legislatura más, en Barcelona tendrán que hacer política fuera de las instituciones. Changue ha hecho autocrítica y ha admitido que "no era fácil" y que "no han sabido revertir el contexto de desmovilización y `derechidad´ de los últimos cuatro años". "Los próximos días generaremos los espacios para hacer las reflexiones pertinentes", ha concluido a la candidata anticapitalista.

La candidata de la CUP en Barcelona ha afirmado que "se ha consolidado electoralmente el giro a la derecha que ya vamos podemos anticipar hace cuatro años", y ha llamado en la izquierda política y los movimientos sociales a "rearmarse para "hacer frente este viraje a la derecha". Changue ha puesto el acento especialmente sobre Vox, que ha entrado por primera vez al ayuntamiento de Barcelona, con dos concejales, sobre el cual ha dicho que "es muy grave la consolidación de un espacio de extrema derecha al plenario municipal". Aun así, la candidata anticapitalista ha afirmado que "hoy definitivamente se ha acabado un ciclo en la ciudad", lo que se abrió "con las movilizaciones masivas del 15M y del 1-O", y ha señalado que "toca abrir otro".

Por su parte, la secretaria nacional de la CUP y diputada en el Parlament Maria Sirvent ha alertado de que "en los Països Catalans sube la derecha, la extrema derecha y el españolismo" y ha afirmado que "no es un buen panorama ni para las izquierdas ni para el independentismo". "Es momento de hacer una lectura profunda", ha afirmado Sirvent, que ha lamentado la "mala noticia" que es que "muchas personas que habían escogido papeletas independentistas y de izquierdas hoy han decidido no revalidar el compromiso o no votar". Sirvent, aunque ha asegurado que no se han conseguido los objetivos marcados, ha agradecido a los militantes el trabajo hecho.

Mismo resultado que en el 2019

En los anteriores comicios municipales, los del 2019, la candidatura de la CUP en Barcelona estaba encabezada por la socióloga y activista Anna Saliente (Barcelona, 1991), miembro del grupo activista catalanista Adelante OSAN, militando de la CUP desde el 2013 y proveniente del barrio de Horta-Guinardó. Saliente lideraba una propuesta bajo el lema "Con paso firme" y contaba con un presupuesto de campaña de 200.000 euros. Sabiéndose excluida de llegar a la alcaldía, la expectativa era acondicionar el gobierno municipal con sus votos y fiscalizar al Ejecutivo del Ayuntamiento, como había hecho desde el 2015. Con una suma de 20.318 votos, el 3,9% del sufragio total, el partido no llegó al 5% necesario para entrar y se quedó fuera del consistorio municipal.

El partido de izquierda independentista se vio afectado por el gran avance de ERC, que ganó las elecciones y consiguió a 10 concejales, aunque finalmente no pudo formar gobierno y la alcaldía recayó sobre Colau. La candidata, a pesar de su buen papel a los debates electorales, tampoco era una figura referencial conocida, como si lo había sido David Fernández. En la capital catalana, la CUP cayó un 3,5% con con respecto a las elecciones del 2015. En general, la panorámica de resultados de los comicios municipales del 2019 fueron un traspié, ya que perdió votos en todo Catalunya con comparación con el 2015, aunque pudo mantener su principal enclave: Berga.

Programa anticapitalista

La candidatura de la CUP se ha mostrado en su programa como "la única alternativa radicalmente feminista, antirracista, ecologista y anticapitalista". ¡Bajo la dirección del activista y diputada en el Parlamento Basha Changue (Barcelona, 1984) y el lema "Somos la Barcelona que lucha"!, el partido anticapitalista ha estructurado su propuesta en siete ejes: ciudad y país, derechos sociales y vida comunitaria, vivienda, lengua y cultura, modelo económico y trabajo, servicios públicos y transformación urbana ecosocial. La CUP ha sido el único partido que ha hablado en campaña directamente de independencia, en unos comicios más centrados en la gestión de la ciudad, la seguridad, los ejes verdes y la limpieza de las calles: el partido de Changue ha instado a convertir Barcelona en el "motor de la liberación nacional y la construcción de los Países Catalanes". También han propuesto abolir la Diputación provincial de Barcelona y el AMB y sustituirlos por procesos participativos vinculados, y denegar permisos a partidos fascistas para hacer actos públicos.

La CUP ha propuesto "remunicipalizar" los servicios sociales y las residencias, impedir las externalizaciones, crear una renta básica municipal y exigir la regularización de las personas extranjeras en situación irregular. También eliminar la escuela concertada e incrementar jardines de infancia públicos, becas comedor y servicios extraescolares gratuitos. En materia de seguridad, la CUP es proclive a reducir el número de agentes de policía y sustituirlos por agentes cívicos y educadores de calle. Y, en cuanto a vivienda, la propuesta de la CUP es prohibir la participación de la Guardia Urbana en desahucios, expropiar inmuebles de fondo buitre, prohibir el uso turístico de vivienda residencial, aumentar el parque de vivienda pública y hacer que la Iglesia pague IBI. También destaca la propuesta de eliminar la estatua de Colón y "resignificar el espacio", así como detener las ampliaciones del Prat y el Port y prohibir la llegada de cruceros.

Entre algunas acciones de la campaña electoral de la CUP en Barcelona, destacan los reproches en ERC por no pactar el traspaso de Rodalies en las negociaciones con el PSOE ("no han tenido narices"), las críticas contra la nueva ley de vivienda española por "insuficiente", la oposición al Quart Cinturó, el Hard Rock y la ampliación del Prat y por la pancarta que colgaron contra los cruceros al Port de Barcelona atacando a los Comuns, acción por la cual fueron identificados por la policía algunos diputados del partido en el Parlament. Algunas de las declaraciones de la candidata, Changue, han sido centradas al reivindicar a su raza y reprochó la ministra Irene Montero por su proyecto de ley antirracista acusándola de las medidas del Gobierno en Melilla y los muertos que ha habido en la valla. "Ni CIU, ni PSC, vota CUP, lo que peor los hace," clamaron en la pancarta a la estación de Sants como clausura de campaña, en la cual han tratado de evitar que se imponga la lógica del "voto útil" que penaliza los partidos pequeños como la CUP.