Tal día como hoy del año 1640, hace 384 años, Francesc de Tamarit, consejero-protector de la Generalitat de Catalunya, llegaba a Barcelona al frente de los regimientos catalanes que habían combatido y derrotado los franceses en Salses (6 de enero de 1640). En ese momento, el consejero-protector era una de las tres personalidades que formaban el gobierno de Catalunya. El consejero elegido por el brazo eclesiástico ejercía el cargo de president de la Generalitat, el consejero-protector era la máxima autoridad policial y militar del país, y el consejero real o de las ciudades hacía las funciones de tesorero. Estos cargos eran de periodicidad trienal y, en el caso del consejero-protector, su figura política estaba inspirada en la del lord-protector de Inglaterra.

En ese momento, Tamarit era el político mejor valorado por la sociedad catalana. Incluso más que el president Pau Claris, que no adquiriría un protagonismo destacado hasta después del Corpus de Sangre (7 de junio de 1640), que marcaba el inicio de la Revolución de los Segadores y de la Guerra de Separación de Catalunya (1640-1652/59). Tamarit se había opuesto a las levas forzosas de catalanes que había ordenado la monarquía hispánica (en guerra con Francia desde 1635 para dirimir el nuevo liderazgo continental y mundial) y, únicamente, había aceptado colaborar en dicha operación cuando, en virtud del princep namque (uso número 68 de las Constituciones de Catalunya), se había garantizado que los catalanes no combatirían fuera de su país.

El asedio catalán sobre Salses (noviembre 1639 - enero 1640) venía motivado por unos hechos ocurridos unos meses antes. El 19 de julio de 1639, la guarnición hispánica del castillo de Salses (que formaba parte de los Tercios que robaban, agredían, violaban y asesinaban impunemente a la población civil catalana desarmada), al ver al ejército francés que avanzaba, habían abandonado la posición a noche cerrada, en desbandada y sin disparar ni un solo tiro. Aquella fortaleza de Salses tenía una gran importancia estratégica, porque era la puerta de entrada a Catalunya desde el Languedoc. Por este motivo, la victoria de Tamarit, que con civiles catalanes armados había expulsado a los franceses, tuvo tanta importancia.

Semanas después de la llegada de Tamarit a Barcelona, el aparato hispánico en Catalunya, receloso de la estima que el pueblo sentía por el consejero-protector, lo encarceló con el pretexto de que estaba conspirando para separar Catalunya del edificio político hispánico (la monarquía compuesta hispánica). Tamarit fue encarcelado el 18 de marzo de 1640, pero el 22 de mayo el pueblo de Barcelona rodeó la prisión y el virrey Dalmau de Queralt (que acabaría asesinado en la festividad del Corpus de Sangre en un crimen de falsa bandera), temió una asonada general y ordenó su liberación. Tamarit tendría un papel fundamental en los hechos de los meses sucesivos, que culminarían con la derrota hispánica a manos de la alianza catalanofrancesa en Montjuïc (26 de enero de 1641).