Tal día como hoy del año 1908, hace 117 años, a las 05:20 horas de la madrugada, se producía un terremoto de fuerza 7,1, en la escala de magnitud del momento, con epicentro en las profundidades del estrecho de Mesina (entre el vértice nororiental de la isla de Sicilia y el extremo sur de la península italiana). Aquel terremoto y sus posteriores 293 réplicas provocarían la destrucción de la totalidad de las ciudades de Mesina (Sicilia) y Regio de Calabria (Calabria). Según la investigación de la época, aquel fenómeno sísmico provocaría entre 75.000 y 82.000 víctimas mortales y se convertiría en el terremoto más mortífero de la historia contemporánea de Europa. Para encontrar fenómenos sísmicos con una violencia y una mortalidad comparables, había que retroceder a los terremotos de Catania, también en Sicilia (1693), y de Lisboa (1755).
La gran mortalidad se explicaría por la extrema violencia del seísmo y por la hora en que se produjo, que cogió a toda la población durmiendo. La misma investigación relata que, diez minutos después del terremoto, el mar se retiró súbitamente unos 100 metros —dejando un gran espacio submarino al descubierto— y a continuación se produjeron tres olas de unos doce metros de altura que golpearon violentamente la costa. El paseo marítimo de Regio de Calabria se convirtió en una trampa mortal y arrasó a los grupos de personas que se habían concentrado allí huyendo de la destrucción de los edificios del entramado urbano de la ciudad. También en Mesina provocó una gran mortalidad con la destrucción de los hoteles del paseo marítimo, que estaban especialmente llenos porque la noche anterior se había estrenado la ópera Aida en el Teatro Vittorio Emanuele II.