Tal día como hoy del año 1132, hace 891 años, en Scafati (una pequeña ciudad en el regazo sur del monte Vesubio, cerca de Nápoles) se libraba la Batalla de Scafati o de Nocera, que enfrentaría el ejército de Roger II, conde independiente de Sicilia, de Apulia y de Calabria, contra el de Roberto II, príncipe independiente de Capua. En aquella campaña militar, Roger pretendía incorporar Capua (un territorio en torno a la ciudad de Nápoles) a sus dominios. Los príncipes independientes de Capua —de la estirpe Drengot—, y los condes independientes de Sicilia, Apulia y Calabria —de la estirpe Hauteville—, compartían un mismo origen geográfico e histórico: habían llegado al sur de la península italiana a mediados del siglo anterior, procedentes de Normandía y como mercenarios al servicio del Pontificado.

Roger II era sobrino de Mafalda de Apulia-Calabria, la esposa de Ramon Berenguer II y madre de Ramon Berenguer III, condes independientes de Barcelona. Por lo tanto, Roger II y Ramon Berenguer III eran primos, y esta relación de parentesco se puso de manifiesto en varias ocasiones. Calabria y Barcelona fueron aliadas en la guerra contra la piratería musulmana del Mediterráneo occidental. Y el año 1114, Ramon Berenguer III encomendó a Robert d'Aguiló, un mercenario normando que era pariente del barcelonés y del siciliano, la ocupación y colonización del Camp de Tarragona (hasta entonces situado en tierra de nadie, entre el mundo cristiano en el norte y el mundo árabe en el sur), y la restauración de la sede arzobispal tarraconense (la tercera pata de la independencia catalana).

En plena campaña de conquista de Capua, Roger II fue traicionado por algunas ciudades que se habían comprometido con su partido. Este nuevo equilibrio de fuerzas obligó a Roger a alterar, precipitadamente, sus planes, y eso explicaría la batalla de Scafati y el resultado de aquel choque, totalmente impensable al inicio de la campaña. El ejército calabrés-siciliano fue machacado y Roger II se tuvo que retirar con tan solo cuatro hombres a caballo que lo protegían, y tuvo que renunciar a su proyecto. La tataranieta y heredera en tercera generación de Roger II, Constanza, sería casada con Pedro II de Catalunya y Aragón, y la parte insular del reino (que había sido usurpado por los Anjou) sería incorporada al Casal de Barcelona después de la campaña almogávar (1285).