Tal día como hoy del año 1879, hace 146 años, se producía el desbordamiento del río Segura y de sus afluentes: el Mundo, el Alhárabe, el Argos, el Quípar y el Mula —en la región de Murcia— y el Reguerón —en el País Valencià—. Aquel desbordamiento se produjo por un episodio de lluvias torrenciales en las cabeceras de estos ríos (en las sierras de Alcaraz, Cazorla y Espuña, del Sistema Subbético, en el sureste de Castilla-La Mancha y en el noreste de Andalucía). Según los datos calculados por la investigación moderna, habrían caído más de 600 litros por metro cuadrado en poco más de una hora, lo que provocaría el desbordamiento de estos ríos en su curso medio y bajo.
La misma investigación moderna estima que, en Murcia, el río Segura, a mediodía del 15 de octubre —día de Santa Teresa—, llevaba un caudal de 1.890 m³/s (el equivalente a cinco veces el caudal del Ebro a la altura de Amposta). Y en Oriola, donde había recibido las aguas del Reguerón, ya habría superado los 2.000 m³/s (el equivalente al caudal del Rin antes de bifurcarse). Las fuentes documentales testimonian que, en Oriola, el Segura subió unos doce metros por encima de su cauce, inundando calles y plazas del municipio. En la parte histórica (calle Major, plaza de la Catedral), el nivel del agua alcanzó 3,80 metros e inundó todos los bajos y primeros pisos.
La crecida del Segura arrasó los pueblos de la huerta del sur del País Valencià entre Oriola y el mar (Sant Bartomeu, Benejússer, Algorfa, Benijòfar, Rojals y Guardamar), y causó más de 300 víctimas mortales, que se sumaban a las casi 800 de los municipios de Murcia y Lorca (río arriba). El balance final de aquella tragedia sería de más de 1.000 víctimas mortales, casi 6.000 viviendas destruidas, más de 15.000 fincas arrasadas y más de 22.000 animales muertos (domésticos, de tareas agrarias, de carga). En Barcelona, se generó un movimiento de solidaridad que recaudaría más de medio millón de pesetas de la época para los damnificados de aquel desastre.