Tal día como hoy del año 1868, hace 155 años, en la antigua villa de Gracia, nacía Pompeu Fabra y Poch, que en el transcurso de su vida sería la figura académica contemporánea más destacada en el estudio, la modernización y la normativización de la lengua catalana. Pompeu Fabra normativizó la lengua catalana (que la gente escribía tal como la pronunciaba en función de su dialecto local) y la transportó a la modernidad. El escritor Josep Pla proclamó que "Fabra ha sido el catalán más importante de nuestro tiempo, porque es el único ciudadano de este país, en esta época, que, habiéndose propuesto obtener una determinada finalidad pública y general, lo consiguió de una manera explícita e indiscutible". Sus obras más destacadas fueron Normes Ortogràfiques (1913) i Diccionari General de la Llengua Catalana (1931).

Hasta el fin de la Guerra Civil (1939), Pompeu Fabra nunca tuvo responsabilidades políticas. Su proyección era puramente académica y cultural. Pero la prudencia lo empujó a marcharse hacia el exilio. Y esta prudencia que empleó se demostró muy acertada. El 30 de enero de 1940, la Guardia Civil española lo acusó de ser un "elemento separatista acérrimo" y lo catalogó como "hostil a las cosas de España". El Tribunal de Responsabilidades Políticas lo sancionó con una multa de 5.000 pesetas de la época (el equivalente a 15.000 euros) por su "profundo desprecio y enemistad hacia España" y "lo desterró en perpetuidad de territorio nacional". Entre 1939 y 1940 y entre 1945 y 1948 ostentó la dignidad de conseller de la Generalitat en el exilio. Murió en el exilio, en Prada de Conflent (Catalunya del Norte), en 1948.