Tal día como hoy del año 1913, hace 110 años, en Albuixec (País Valencià), nacía Miquel Ambrosio i Zaragoza, conocido con el nombre artístico de Ambrós, que se convertiría en uno de los dibujantes de cómics más destacados de la España de la posguerra (a partir de 1939). Ambrós fue el creador del personaje Capitán Trueno, que la Editorial Bruguera —de Barcelona— empezó a publicar en 1956 dentro de las páginas de la revista Pulgarcito. El Capitán Trueno logró un éxito espectacular, casi inédito en la historia del cómic en el estado español. Alcanzó los 350.000 ejemplares vendidos por episodio, sin embargo, según los escritores Eric Frattini y Óscar Palmer, el dibujante no se vio económicamente beneficiado por dicho éxito y decidió abandonar su tarea después de la publicación del número 175 (1969).

La historia personal de Ambrós encarnaba la desilusión de millones de personas que habían conocido el fin del esperanzador régimen republicano y el inicio del oscuro túnel de la dictadura. La miseria que se cernía por todas partes después de la Guerra Civil (1936-1939) le obligó a abandonar su profesión de maestro para ayudar a sus padres en el campo. Años después probó suerte como dibujante en Barcelona. Y su vocación artística le llevó a París (1960), donde intentó impulsar su carrera como pintor. Pero la mala suerte y la falta de contactos le obligaron a volver (1964). Trabajó, de nuevo, para la Editorial Bruguera y, poco después, para la Editorial Valenciana, donde dibujó las historias de El Corsario de Hierro. Desde su regreso de París, vivió siempre en Barcelona, hasta su muerte (1992). A lo largo de su vida siempre proclamó su catalana valencianidad.