Tal día como hoy del año 1162, hace 862 años, en Borg Sent Dalmatz (entonces condado independiente de Provenza), moría Ramón Berenguer IV, conde independiente de Barcelona y príncipe (hombre principal) de Aragón. Ramon Berenguer IV murió en aquella villa de la Provenza mientras hacía el camino de Barcelona a Turín para entrevistarse con Federico Barbarroja, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Desde el mandato de su padre y antecesor, Ramón Berenguer III, el condado de Barcelona —tradicional aliado del Pontificado— había basculado hacia el bloque imperial, en el conflicto que enfrentaba a los dos soberanos más poderosos del continente (papa y emperador) y a sus respectivos aliados.
Ramón Berenguer IV pasaría a la historia como el artífice de la unión dinástica del condado independiente de Barcelona y del reino de Aragón (1150). Pero en cambio es menos conocido por su obra conquistadora. Antes de la unión dinástica, completó la expansión iniciada por su padre, Ramón Berenguer III, e incorporó a los dominios condales de Barcelona los territorios del valle bajo del Ebro, con la ciudad de Tortosa (1148) y del valle bajo del Segre, con la ciudad de Lleida (1149). Con las conquistas catalanas de Tortosa y de Lleida, el mapa de Catalunya (entonces el país de los condados independientes catalanes, liderados por Barcelona) conformaba su dibujo definitivo.
La conquista catalana de los territorios de Tortosa y Lleida tuvo una extraordinaria importancia en la culminación del acuerdo de unión dinástica entre Barcelona y Aragón. Los aragoneses siempre habían ambicionado una salida al mar siguiendo el curso del Ebro. El rey aragonés Alfonso el Batallador había intentado repetidamente, pero sin éxito, la conquista de Lleida y de Tortosa. Aragón quedó sin salida al mar, nunca la tendría, y este hecho condicionaría su historia. En la recta final de las negociaciones para la unión dinástica (1149-1150), la posesión catalana de Lleida y Tortosa intensificaría la debilidad de los aragoneses.
La incorporación catalana de Lleida y Tortosa también tuvo una gran importancia en la futura expansión del Casal de Barcelona. En el año 1151, Ramón Berenguer IV firmó un acuerdo con el rey Alfonso VII de León, en aquel momento el monarca más poderoso de la Península (Tratado de Tudillén), por el que el Casal de Barcelona se reservaba, para un futuro, la conquista y ocupación de los reinos taifas de València, Dénia y Murcia. Ocho décadas después, el rey Jaime I iniciaría la conquista del País Valencià (1232) y un siglo y medio más tarde, el rey Jaime II culminaría el proyecto de Ramón Berenguer IV, con la incorporación del valle bajo del Segura a los dominios del Casal de Barcelona (1305).