Tal día como hoy del año 1935, hace 84 años, con el gobierno de Catalunya encarcelado en Madrid pendiente del juicio por los hechos del Seis de Octubre (1934), el gobernador general de Catalunya Manuel Portela Valladares, impuesto por el presidente del ejecutivo español Alejandro Lerroux (del PRR), anunciaba que el gobierno de la República promovería la construcción de una cantidad no determinada de casas-cuartel destinadas a la policía española. Portela Valladares declaró: “Para lograr la normalización de la vida ciutadana (...) alejando el peligro de que se pueda producir alguna convulsión (...) han llegado considerables fuerzas de Seguridad, de Asalto y también de la Guardia Civil”.

Después de los hechos del Seis de Octubre, el gobierno de la República había retirado la competencia de Orden Público a la Generalitat, y los Mossos d'Esquadra habían sido encarcelados o despedidos. En ningún caso el gobierno de la República contempló la posibilidad de mantener el cuerpo de policía de Catalunya. Portela Valladares justificó la necesidad de instalar policías españoles en Catalunya con el supuesto argumento que “gran parte de los elementos con que contaba la Generalidad quedaron fuera de la reorganización (la retirada de la competencia de Orden Público) y porque los sucesos del 6 de octubre se reflejaron, más que en otro, en este organismo” (referido a los Mossos).

Portela Valladares también anunció que mientras se localizaban los lugares adecuados para la construcción de las casas-cuartel, las primeras compañías de Guardias de Asalto y de Guardia Civil que llegaran a Barcelona serían alojadas en la sede del Parlament. En aquel momento la cámara catalana estaba prácticamente cerrada por orden del Gobierno. Mientras todo eso pasaba, el gobernador Portela Valladares reconocía que los Mossos d'Esquadra despedidos se habían quedado en una situación de absoluta indefensión: eran atacados y agredidos ―en la vía pública y en sus propias casas― por "maleantes"; pero negaba motivaciones ideológicas y lo atribuía a venganzas propias del mundo delictivo.