Tal día como hoy del año 1748, hace 270 años, a las siete menos cuarto de la mañana se producía el primero de una serie de episodios sísmicos que, con epicentro en el castillo de Montesa (País Valencià) y con réplicas el 28 de marzo y el 2 y 8 de abril del mismo año, causaría la práctica destrucción de la ciudad de Xàtiva (País Valencià) —que tenía 8.000 habitantes en el momento del suceso— y daños importantísimos en la mayoría de los pueblos de la comarca de la Costera. Las fuentes documentales revelan que el castillo de Montesa, la villa de Xàtiva y los pueblos de Sellent, Torrent, Vallada, Anna y Montesa "quedaron asoladas del todo". También, las poblaciones de Canals y Enguera sufrirían importantes daños.

El castillo de Montesa, la monumental sede de la orden religiosa y militar del mismo nombre desde el siglo XIII, se hundió repentinamente a causa del terremoto; y quedaron sepultadas un mínimo de veinte personas. Las fuentes documentales relatan que “quedaron muertos y sepultados Don Joseph Ortell, Prior del Convento, que estaba acabando de decir misa; Don Ignacio Oller, Prior de Alfama; Fray Andres Messeguer, cura de la villa de Onda; quatro Conventuales Sacerdotes; siete Novicios; un Lego; el Organista; y quatro Hombres más (sic) y Fray Rafael Casals, tan maltratado que acabó muriendo después en la villa de Canals”. El castillo ya no se reedificaría nunca más.

El terratremol de 1748 que va destruïr Játiva. Mapa de la Comunidad Valenciana (1732). Fuente Bibliothèque Nationale de France

Mapa de la País Valencià (1732) / Fuente: Bibliothèque Nationale de France

Pero la parte más trágica se la llevó Xàtiva, entonces nombrada Colonia Nueva de San Felipe por imposición del régimen borbónico. Xàtiva estaba en proceso de recuperación de la brutal destrucción borbónica de 1707 cuando —según las fuentes— "En la Ciudad de San Felipe fue tan terrible el primer terremoto, que les pareció que se hundia el mundo. Las paredes maestras davan baybenes a una y otra parte, y se inclinavan para el suelo: los maderos crugian, se comprimian, y se levantavan en alto los techos y pavimentos, se golperavan las puertas y ventanas”. Xàtiva y muchos pueblos de la Costera, aunque las fuentes no lo cuantifican con exactitud, perderían centenares de vecinos en aquel trágico episodio.